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«Platón sostenía que el verdadero amor es el amor a la sabiduría, al conocimiento, por lo tanto el amor platónico no es elamor al ideal de una persona sino al amor de conocerla y saber de ella.»

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La puerta del camerino sonó con suavidad al cerrarse.

-¿Los rumores son ciertos?

Chris alzó sus ojos claros hacia el hombre mayor y titubeó un momento antes de contestar. -Sí, estas serán las últimas dos películas para mí.

Robert se acercó, luciendo indescifrable. Se quitó los lentes oscuros y entonces tomó asiento junto a Evans. -¿Por qué?

-Es mi tiempo de hacerlo, quisiera dedicarme a otros proyectos. No quiero ser encasillado por el resto de mi vida y... -Divagó, ahora con la mirada lejos del otro

-¿Y qué? ¿Cuál es el problema? Los niños te recordarán por siempre como su héroe, tienes lo que medio Hollywood desea.

-¿Y de que me sirve? -Chris frunció sus labios y se volteó para espetar directamente hacia Robert. -¿De qué me sirve si no te tengo, eh?

-Ya hablamos de esto...

-Es cierto, entonces no insistas en saber mis motivos.

-Aún somos amigos, Chris.

-¿Te has detenido a preguntarte si tu amistad me está dañando? -Los cristales transparentes de Chris hicieron temblar a Robert.

-Te necesito, sabes... Eres alguien irreemplazable para mí. -Confesó, obligándose a mantenerse firme ante el hombre más joven.

-Tienes a tu familia, hijos, amigos que no ponen en peligro tu matrimonio.

-Tú no pones en peligro mi matrimonio.

Chris soltó una risa sarcástica. -Por supuesto, no alcanzo para eso, ni para tentarte.

-Estás actuando como un niño pequeño -La mano de Robert fue a parar al brazo de Chris, allí lo apretó con suavidad -. Mereces una linda chica que te dé paz y una familia agradable.

-No quiero eso, es lo que se espera y lo que a mí no me interesa -. Tensó la mandíbula y se levantó, llevándose a Robert consigo desde la mano que estaba sobre su brazo -. Te quiero a ti...

-Chris, de verdad, no... -Robert murmuró con firmeza, arrugado el entrecejo.

-¿Puedo besarte? -Pidió de pronto y Robert lució ofendido.

-¿En serio? No le seré infiel a Susan, eso está claro y...

-No si no es un beso real -. Lo interrumpió.

-Suéltame, Chris.

-Por favor... -Cogió al hombre de cabellos castaños desde las mejillas. Robert se vio obligado a ponerse en puntas.

-¿Qué pretendes? ¿Te quedaras tranquilo así?

-No será en los labios...

Robert asintió -. Bien, confiaré en ti -Cerró los ojos y aguantó la respiración en cuanto el aliento de Evans rozó su mejilla y luego los labios tibios bajaron hasta su barbilla y más al sur. Estaba siendo acariciado con adoración. Todo a su paso, la piel en su garganta se erizó.

-Chris, eso no es un... M-Mnh... -Una suave succión llegó a su manzana de adán y se desvío hacia su cuello. -...beso b-basta... -Robert empujó lejos a Chris y se apartó hacía atrás, agitado.

-Estás temblando -Chris se relamió los labios.

-Porque esto está mal, joder contigo. -Exclamó Robert, dirigiéndose hacía la puerta y azotandola, sin siquiera voltearse un instante.

Chris sabía que había roto su palabra, otra vez.

 PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora