Sirviendo al amor

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Eren no llega aún a casa, yo estoy preocupado, me como las uñas. Él es un Alpha algo... no, algo no... muy impulsivo. Suele buscar problemas con cuanta persona se le cruce en su camino.

Trabajo en la casa de los Jeager, soy un empleado de limpieza.
La familia contaba de tres personas, ahora sólo son dos.

El señor Grisha -un distinguido doctor- me contrató, apesar de ser Omega, pero lamentablemente murió de cáncer a los cuarenta y siete años, el año anterior.
La señora Carla, dolida por la muerte de su esposo, se dispuso a viajar por todo el mundo. Llamó hace tres días, dice que está en Kenia disfrutando de su rica cultura. Pero le va bien alquilando muchos apartamentos, de igual manera trabaja vendiendo propiedades y esas cosas.
Desde que sólo está Eren en casa, los demás empleados, que eran tres, se marcharon diciendo que ya no tenía sentido estar tanta gente para una sola persona. Menudos idiotas, me dejaron con todo el trabajo.

Ahora, estoy tomando té negro desde la casa de empleados, mirando por la ventana a la reja de la entrada principal. Son las dos de la mañana.

¿Por qué me preocupa tanto el mocoso?

Porque una vez que vino a esta hora, vino con una herida de cuchillo en la pierna derecha.
La siguiente vez, vino borracho y sin sus zapatos ni billetera.
La otra vez, llegó con el labio rajado brotando sangre de él.
La última, que fue haces dos días, me dijo que se había peleado, llegó con los nudillos destrozados.

^^

-Tiene que aprender a ser más prudente, joven -le dije poniéndole hielo en las manos.

Estábamos en la cocina, sentados frente a frente.

-Ay, esta mierda quema -Quitó las manos de golpe y yo las volví a poner en el hielo.

-Pues ahora, aguántese. -Le dije enojado. -Siempre hace lo mismo, joven. Ya no tiene diecisiete años.

-Pareces mi madre -Ese comentario me hizo sonreír, me levanté a servirle leche caliente.

-Y usted parece un niño, un niño inmaduro. -Miré por la ventana y pude escuchar el cantar de los grillos.

-¿Inmaduro? Soy todo menos eso -Dejó escapar un gran suspiro y se recostó a la silla. -Tengo sueño.

-Tch, ¿cómo no? Es tardísimo...

^^

En el tiempo que he trabajado acá, he tenido que soportar el celo encerrado en mi habitación y Eren nunca se ha pasado de listo, ni siquiera me ha insultado, incluso me dejó ayudarle en una ocasión en sus tareas de secundaria.

^^

Caminaba hacia la cocina con la charola de su desayuno.

-Levi, ven un momento.

-¿Necesita algo?

-No entiendo la Primera Ley de Newton... ¿tu sabes como hacerla?

-Vale, si lo sé. Déjame llevar esto y vengo. -Feliz, asintió.

Cuando estuve de vuelva, me sequé las manos en el delantal y me senté junto a él en la mesa del comedor.

-Ok. Mira, ¿sabes como sacar los datos?

-No. -Dijo rápidamente.

-Eso es lo primordial, joven. Mire, tiene que dibujar un DCL... ¿Qué significa...?

Sirviendo al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora