Prólogo

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Estrellas...
Aquellas estrellas que en mi paranoia pensaba que no dejaban de mirarme, aquel lugar que parecía que ardía en lo más profundo de Miles de millones de años, ver aquel pueblo de mentira pero que a la vez sentías como si fuera real, el más terrible de los hogares, una niebla fría y una oscuridad profunda que surgía en los alrededores separadas de aquel pueblo por una barrera sutilmente invisible y una última tarea que se mostraba en la interfaz semitransparente frente a mi.

O... Eran dos?
Aquella carta y aquel temporizador sin saber cuál me daba más miedo a finalizar solo cerré los ojos para pensar en cómo salir de esta situación, otra más, pero está era diferente. Como decirlo... La primera que hacia que mi corazón se retorciera, pero no de dolor, algo distinto que se remarcaba por sobre todas las otras cosas que jamás había sentido. Era hora de acabar con esto, ya no quería soportarlo más, era hora de que las cosas fueran como en el principio.

Porque este mismo día, aquel mundo fantástico, aquel sistema desarrollado para que el mundo fuera relativamente más feliz, estaba a punto de colapsar.

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