| Capítulo Único |

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Presto atención por un momento al cielo, podría parecer que no tenía nada espectacular, que era el mismo de siempre pero no era el caso, aquella noche contaba con unas cuantas estrellas deslumbrando junto a la brillante luna.

Estaba a punto de soltar un suspiro, uno molesto, irritado y con un deje de cansancio... hasta que escucho que su compañero se le adelanto con aquella acción. De esa manera opto por soltar un bufido a manera de respuesta.

No tenían tanto tiempo estando ahí parados sin hacer nada y ya lo había hartado.

— ¿Querrías caminar más rápido?— preguntó de forma arrisca, parecía un gato que en cualquier momento saltaría a darte un jarrazo.

Era increíble que en aquel momento, con una festividad a kilómetros de ellos que las personas mundanas y con vidas normales se encontraban disfrutando con sus amigos y seres queridos, él estuviera condenado a pasarla con aquel molesto ser cubierto de vendas. Habría preferido ir mil veces a pasarla solo.

Introdujo su mano en uno de los bolsillos traseros para sacar el celular, faltaba menos de cuarenta minutos para que el año se terminara.

— ¿Por qué la prisa, Chūya?— Dazai siguió caminando con total tranquilidad, ignorando la pregunta de su compañero. — ¿Debes llegar a algún lugar?

—No, pero está claro que no voy a pasar año nuevo contigo.

—Como si antes no hubiéramos pasado uno juntos— replicó el castaño torciendo los ojos, aunque con la venda que llevaba cubriendo uno de estos el pelirrojo solo lo vio torciendo uno. —Y yo tampoco lo quiero pasar contigo.

— ¡Bueno! Al menos es algo que tenemos en común.

Caminaron unos minutos en silencio, eran como gatos peleándose o repeliéndose todo el tiempo. Todos los lugares en los que habían estado peleando lado a lado presenciaron alguna de sus disputas.

Ahora esa carretera al lado del bosque se unía a la colección, tal vez debieron de comprar un mapa para ver qué lugares les faltaban, los cuales seguramente eran muy pocos.

— ¿Cuánto tiempo falta para que lleguemos?— curioseó el de ojos azules esperando a que el otro lo alcanzara, no se fijó que ya lo estaba dejando demasiado atrás por caminar rápido y este lento.

Dazai volteo a ver a cuanta distancia estaban de la ciudad. —No lo sé, eso depende de nuestro paso— respondió unos segundos más tarde y alzando los hombros.

—Y eso que eres el chico listo— murmuró Chūya con sarcasmo.

—Sí, pero no soy adivino.

El silencio se hizo una vez más entre ellos, no había mucho de lo que pudieran hablar, tampoco había tema por el que no terminaran haciendo una pequeña disputa.

En aquel momento solo eran dos jóvenes (uno extrañamente vestido para su edad) caminando en la oscuridad de la noche con la luna y las estrellas como luces en el camino por el que andaban. La melodía de las hojas de los árboles moviéndose al son del viento era lo único que rompía el silencio.

Dazai al igual que en algún momento hizo el pelirrojo, volteo a ver la luna. —Para los condenados a muerte y para los condenados a vida, no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.

Parpadeo algunas veces sin entender muy bien el porqué de aquellas palabras, estaba a punto de preguntar cuando este volvió a tomar la palabra.

—Es el fragmento de un poema— aclaró. Si bien el chico no era adivino, sabía leer muy bien al contrario... más cuando no solía entender algo.

— ¿Y de todos los poemas sobre la luna preferiste recitar ese? ¿El que habla sobre condenados?— se detuvo cerca de un barandal, aquel que marcaba lo cerca que estaban de la ciudad, cruzó de brazos esperando una respuesta de la cual, de antemano, no sabía que esperar.

— ¿Por qué no lo habría de elegir?— cuestionó recargando la cintura en el fierro frío. —Los humanos siempre estamos condenados por algo ¿No?

Chūya no supo cómo responder aquello, tampoco si estaba bien decir algo al respecto y tenerlo tan cerca solo lograba ponerlo nervioso.

—Quien sabe— fueron las únicas palabras que salieron de sus labios junto con el vaho, aquello mostraba que hacía más frio de que pensaba.

El primer sonido de un fuego pirotécnico sonó a la distancia para explotar en el estrellado cielo iluminándolo con sus cientos de colores, dando así por terminado un año y el inicio de otro.

—Feliz año nuevo, Chuya— susurró el suicida con la vista al cielo, tal vez para él no significara nada más que otro año que seguía con vida pero para el joven con gustos horribles en los sombreros era un día de fiesta.

—Feliz año nuevo para ti, Dazai— con las mejillas coloradas se unió al otro para ver los fuegos artificiales, pues no estaría bien observarlos nada más desde los ojos del castaño.

No tardó mucho en que gran parte del cielo se siguiera llenando con más luces de colores que caían como si se tratara de lluvia.

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N/A: ¿Qué les pareció? Es algo pequeño que hice para esta fecha (puede que sin mucho sentido pero... me ha gustado jijiji), y bueno también cabe aclarar que el poema que menciono es de Jaime Sabines (me encantan sus poemas), simplemente no pude evitar usarlo x3

Así que sin más espero que les haya gustado y, aunque ya es atrasado, les deseo un Feliz Año Nuevo  <3 

Besos.

La luna  | Bungou Stray Dogs | [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora