Los amigos de Yered

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Encontrar a Yered resultaba una tarea difícil, le había enviado decenas de mensajes y llamadas que no respondía, tampoco estaba por ningún lugar que hubiese pasado por la preparatoria, había recorrido todos los lugares donde podría estar. Resignada a tener que tomar por segunda vez el bus se unió a la multitud de estudiantes cruzando el pasillo principal, marcó el numero de Yered por última vez deteniéndose junto al aula de pintura, aquel casi al final del pasillo con un enorme cristal haciendo de pared desde donde se podía ver dentro y fuera. Una pelirroja pintaba en un taburete una calavera de costado, con una rosa detrás, aun no tenía más color que el trazo a lápiz y el tallo verde, le llamó la atención su colorido rizado y desordenado cabello. La llamada no fue respondida, una vez más, guardó su celular para continuar su camino a la salida, al alejarse un poco, su reflejo le devolvió la mirada, una imagen traslucida interponiéndose entre la pelirroja haciendo sus trazos y ella sobre el cristal. Llevando el lacio cabello negro sujeto en una coleta alta, sus ojos oscuros y la piel ligeramente bronceada, natural no por el sol, le hizo pensar en lo distinta que era de su hermano, compartían el mismo color de pelo y piel, pero Yered tenía los ojos un poco más claros, muchas pecas y largas rizadas pestañas, al contrario de ella. Vistiendo un pantalón de mezclilla deslavado, una camiseta de Maggie Simpson y una sudadera rosa sin cerrar, los converse blancos desgastados y viejos, acomodó su mochila sobre el hombro y dio inicio a su andar sin voltear a ver el dibujo de la pelirroja de nuevo.

Es sencillo saber a que grupo pertenece cada quien, no solo por como lucían o que apenas se dirigían la palabra unos a otros, sino también donde se hallaban y lo que hacían. Los nuevos, a los que pertenece, esperan a sus padres a un costado de la acera; algunos chicos al otro lado de la calle jugaban baloncesto en las canchas junto al parque, donde distintos grupos de amigos se esparcían por todo lo largo de este, algunos comiendo, otros haciendo alguna actividad no deportiva y unos cuantos más reían ruidosamente. En las escaleras de la entrada se hallaba el grupo de chicos populares -como siempre-, vio a su hermano de pie frente a estas, recargado en su automóvil riendo junto a sus amigos ignorando las miradas de resentimiento de los chicos en la escalera. Se acercó a Yered en silencio hasta que la voz de un chico alto y tosco llegó a los oídos de Lisa.

—Pero que belleza tenemos aquí.

Los chicos voltearon, incluido su hermano. Esperando que alguien dijera algo, la pequeña dijo con la voz sumamente baja y aguda el nombre de su hermano—: Yered...

La bulla de los amigos de su hermano comenzó. Decían que era un asaltacunas, que no tardó en ligarse a una nueva, lo rápido que supero a su ex y varias cosas por el estilo, Yered tomó del brazo a su pequeña hermana, que apenas le llegaba al hombro, y la dirigió al otro lado del coche.

—Li, ¿Por qué no me avisaste que ya habías salido?

—No respondías —Yered buscó en los bolsillos de sus jeans.

—Dejé el teléfono en mi mochila.

Lisa estiró sus labios en una lineal recta e hizo un sonido molestando a su hermano. Yered le hizo una mueca, sus amigos seguían riendo y haciendo bromas que terminaron por fastidiarlo, Yered se giró y los llamó por sobre el capo del coche, el grupo completo se quedó en silencio y se giraron a mirarlo.

—Es mi hermana y no quiero que ninguno de ustedes ande de perro con ella.

—¿Cómo puedes pensar eso Yeredito? —dijo un rubio bastante delgado recargándose sobre el coche y poniendo cara de cachorro—. Salir con ella sería como salir contigo, no podría ni besarla sin imaginarte.

El resto se echó a reír, incluso Lisa soltó una pequeña risa por lo bajo, Yered rodeo el coche molesto, Lisa lo siguió para ver que ocurría, aquello resultaba divertido, Yered es más bajo de estatura que algunos de sus amigos, aunque claro, para Lisa su hermano es muy alto. De las escaleras tres chicas aparecieron y se acercaron al grupo de chicos que no hacían más que burlarse de la supuesta lucha entre Yered y el rubio, las pusieron al tanto de lo ocurrido y la voltearon a ver, sintiéndose un poco intimidada. Una de ellas dijo que era idéntica a Yered y ambos hermanos pusieron muecas de horror, lo cual detuvo todo el alboroto que tenían. Las tres se veían mayores a Lisa, dos de ellas tenían una estatura similar a la de Yered y la otra le llevaba apenas unos centímetros a Lisa.

—¿Cómo te llamas, bonita?

Quién le preguntó era bastante atractiva, de piel bronceada, ojos cafés como casi todos en el país, llevaba el pelo negro azulado lacio hasta las clavículas que se veían al aire libre, tenía una complexión delgada y un maquillaje muy suave. Vestía una blusa rosa y un pantalón a la cadera. La más bajita llevaba un maquillaje más pronunciado, tenía el pelo oscuro trenzado hasta el ombligo, llevaba una diadema de pequeñas flores blancas, sus ojos tan oscuros como su pelo y de piel rosácea, la blusa blanca y falda café combinadas a la perfección.

—Li... —respondió con un hilo de voz, tragó saliva para recuperarse y respondió más segura—: Lisa.

La tercera chica lucía distinta pero combinaba perfectamente con ellas. Muy blanca, con labios redondos pintados de un rojo brillante, su castaño cabello recogido en un chongo mal elaborado dejando ver que era muy rizado, sus ojos avellana con un delineado de gato y por su forma de vestir parecía de los años 50's. Usaba un paliacate rojo atado en la cabeza, una blusa de tirantes a cuadros blanca y negra con un short a la cintura rojo dejando ver su delgadez.

—Lindo nombre —comentó la más bajita—. Yo soy Skyler, ella es Romina —señaló a la pelinegra y esta sonrió— y ella Amy.

La última agitó sus dedos en el aire. Yered se despidió de sus amigos rápidamente obligando a Lisa a subir al automóvil, ella se despidió de las amigas de su hermano agitándoles la mano luego de que él cerrara la portezuela,  Lisa bajó el cristal de la ventana apenas un poco antes de que Yered subiera al coche alcanzando a escuchar a Romina algo sobre un chico.

—Ya deberían ser novios bien —dijo Amy con armoniosa voz— llevan saliendo meses.

—Tienes que enfrentarlo —continuó Sky—. Sólo se harán daño si siguen así, bonita.

Yered arrancó el coche y ya no la dejó escuchar más sobre la conversación. El camino fue tranquilo hasta que Lisa decidió molestar a su hermano con lo celoso que era, mientras él negó todo.

➳Querido Ex... «Royals 1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora