Esperando la Navidad

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Aquella no solo era una noche de invierno como las otras, era la más fría de todas que jamas existieron, y no solo eso, sino que era la noche antes de Navidad. Corría viento y las ramas secas de los árboles golpeaban la ventana de la sala. Estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, frente a la gran chimenea encendida, mirando de manera atenta al antiguo reloj que estaba sobre ella.

No estaba solo, lo presentía.

Seguí esperando al reloj -¿Por qué siempre vas tarde?-me pregunté. Se me cansaba la vista de tanto ver a las manecillas que marcaban las 23:54 bajé la mirada hacia el plato de galletas que estaba frente a mi, tomé una y la saboree mientras observaba mi entorno; luces apagadas, el árbol de navidad hacia un lado con las mágicas lucecillas y mi parte favorita, el gran, histórico y cálido fuego.

Ya no quedaban más galletas y otra vez mis ojos caen frente al reloj, pero rápidamente me distraigo y vienen a caer sobre el objeto que está junto a el.

El cuadro de mi abuela, permanecía quieto hace años, cubierto de polvo y rodeado por un lazo de cinta negra. Decido levantarme y tomarlo, pero primero quite con la mano un poco de aquel polvo. La manecilla del reloj se mueve y marca como nueva hora las 23:58. Pude ver como mi abuela habia disfrutado ese dia de la Navidad anterior, con una mirada ya agotada y sus manos cubiertas de harina mientras moldeaba la masa para las galletas.

El reloj seguía con su infinito Tic-Tac marcaba las 23:59, faltaba un minuto para Navidad. La manecilla de los segundos se movia lentamente 《Siempre tarde》afirme. La iba siguiendo con la mirada... diez segundos... cinco segundos... tres, dos, uno... y... .El reloj se detuvo en ese instante, no supe lo que habia ocurrido -¿Por qué te detienes a un segundo de tu destino?-me pregunté.

Miré hacia la ventana por que oí algo extraño y entonces ésta se abre y deja entrar una fuerte ráfaga de aire que me despeina y que el gran, y cálido fuego se apague, vencido.

El ambiente se tornó frió, oscuro y solamente con la luz azulada de la luna que provenía de la ventana. Di media vuelta para mirar hacia la cocina, que está en frente de la sala, donde yo estaba. Al instante percibo que una luz brillante y blanca se iba acercando por el pasillo. Me desplaze hasta la mitad de la sala, me sentí extraño, nervioso. Luego, la brillante luz se acercó hasta mi, muy lentamente. Otra ráfaga de viento movió mi cabello. La luz se habia transformado en un espíritu azulado.

Era mas alto que yo, bastante ancho y con forma humana... .El Tic se habia separado de su Tac y el tiempo estuvo quieto, como el cuadro de mi abuela. El espíritu tenia las manos agotadas, manos con las cual una de ellas acaricia mi rostro, lo que me da valor para hablar y digo-¿Abuela?-.

L.C

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