Un amor distinto (Hanjoo) Por Fornax33 y Kora098

Capítulo 18

El viernes mamá puso la demanda a Jiho, el viernes comenzó todo, la lucha contra mis miedos, volver a sacar a la luz todas esas heridas, relatar todo. Ese día solo había dado mi testimonio, era lo único que se podía hacer, volví a relatar frente a la policía esos horribles momento. Volví a revivir la humillación, el dolor, la impotencia que sentí. Fui testigo mi mamá lloraba de impotencia por no haberme protegido. No era su culpa, no era más que culpa de Xero, él había hecho todo esto y debía pagar. El juicio se daría en dos semanas, en dos semanas se acabaría toda la tortura.. al menos no vería a Jiho.

En ese fin de semana por más que deseamos salir hacia la playa no pudimos, nos habían imposibilitado la salida, todo porque la playa queda a horas de donde vivíamos. Por esta razón hubo un cambio de planes y terminamos yendo hacia a un bosque cerca de la casa de Byung Joo. Byung Joo parecía muy apenado de no haber completado su palabra, pero yo le había asegurado muchas veces que no me molestaba, que entendía la razón por la cual no se había hecho. Aun así este parecía decidido a martirizarse por ello.

Mamá había preparado una canasta con emparedados, frutas y otras cosas, mamá había sido muy minuciosa en cuanto a los que nos preparo, solo cosas nutritivas. Esa canasta estaba en las manos de Byung Joo en este momento, se negaba a permitirme ayudarle con la canasta, como si fuera un inútil, Byung Joo era un sobreprotector, pero en cierta medida me gustan que fuera de esa manera, era muy tierno. Siempre se encargaba de darme algún tipo de dulce a diario, él sabía que era un adicto a los dulces y siempre se aseguraba de complacer mis antojos. Sobre todo se encargaba de proteger me, ya sea de ataques físicos o verbales, estos últimos eran los que mayormente reciba en la escuela. El que había sido el mejor amigo de Byung Joo ahora le daba la espalda y era la persona que más daño le hacía, era el principal autor de los golpes físicos. Los pocos ataques físicos que habíamos recibido esos días habían sido provocados sólo por él, por eso bajo las ropas Byung Joo portaba unos cuantos hematomas, quizás la misma cantidad que el moreno también llevaba. Odiaba esa situación, no entendía por qué nos buscaban herir de esa manera solo por querernos, como si fuera un pecado que debíamos pagar para siempre, en la tierra y luego en el infierno, una condena eterna. Por amarnos cuando no debíamos.

Llevábamos media hora aproximadamente desde que habíamos comenzado a internar nos en el bosque,este estaba lleno de árboles grandes, árboles que habían soportado años, sin ceder, fuertes, pero delicados, llenos de vida. Ante mí se abría un gran reto, caminar por un suelo tan irregular, lleno de raíces y árboles caídos parecía toda una odisea para alguien que es capaz de tropezarse en un suelo plano. SI, lamentablemente mi coordinación de piernas era bastante limitada.

Por fortuna y gracias a la ayuda de Byung Joo, que en muchas ocasiones logro agarrarme antes de estamparme contra el suelo, logramos llegar a un hermoso claro. Era conformado por un círculo imperfecto, donde la copa de los árboles formaban un perfecta protección, habían pequeñas y muy coloridas flores esparcidas por todo el lugar, el conjunto de todo esto hacía que el lugar fuera hermoso y delicado. Realmente se podía volver uno de mis lugares preferidos en el mundo.

-Realmente lamento no haberte llevado a la playa como había dicho.-ahí volvía con lo mismo, no sabía de que manera hacerle entender que eso no importaba.

-Byung Joo, te he dicho que no estoy molesto, que no me importa la playa. De hecho, pienso que haber venido aquí es mucho mejor que ir a la playa. Amo este lugar, es simplemente perfecto, es mejor que la playa.-conteste con toda sinceridad que poseía.

-Está bien, bebé, ya no voy a insistir.- en eso me atrapó en sus brazos y me lleno de muchos besos en las mejillas.-Eres tan lindo, eres un muñequito...eres perfecto.-con sus acciones y sus palabras mi mejillas se tornaron de un rojo intenso, solo él era capaz de provocar una reacción tan violenta.