[AU Yuri!!! On ICE Universidad] Victuuri.
La vida a veces puede dar giros inesperados, pero ¿qué justamente tuviera que cambiar de cuerpo con el grandioso estudiante Viktor Nikiforov? ¡Es algo totalmente descabellado!
¿¡Que haré, qué haré?! ¡Viktor...
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<< Este capítulo tiene contenido adulto >>
Subimos las escaleras corriendo sin poder dejar reír por la aventura que nos esperaba. Llegamos hasta el tercer piso donde se encontraba su habitación, la impaciencia me consumía mientras luchaba con el cerrojo de la puerta.
Cuando por fin decidió ceder y dejarnos paso a la habitación, el ruso volteó y no pude evitar lanzarme sobre él rodeando sus caderas con mis piernas. Cerró la puerta con la misma velocidad con la cual la abrió, el sonido que dejó la cerradura al sellarse me enloqueció. Caminó hacia la cama y me lanzó sobre ella, sacándose su camisa, dejando su gran y esculpido cuerpo a mi disposición. Era como se rumoreaba por el campus, parecía de un dios. No pude evitar mirarlo con la misma lujuria con la cual él me miraba a mí.
Gateó por mi desnudo torso sentándose en mi pelvis, haciendo que se creara una deliciosa fricción entre nuestras caderas, por inercia, se empezó a mecer despacio, simulando exquisitas embestidas, mientras besaba meticulosamente mi cuello, como si tuviera todo el tiempo del mundo, eso me desesperaba en cierto modo, un leve gemido salió de mis labios cuando hizo presión haciendo que nuestras ya notables erecciones se estimularan una con la otra, bajó con su lengua por mi torso haciendo que me retorciera de placer ¿Cómo me podía excitar tanto este hombre? Besó cada centímetro de mi entrepierna, logrando que deseara que no existieran más los pantalones.
— Quítame eso Viktor, no me hagas rogar — dije con el aire entrecortado. — comenzó a desabrochar el botón y bajó el cierre con su boca, respirando arriba de mi erección, entibiándola aún más con su aliento. Deslizó mis pantalones lejos de mi piel y me dejó apreciar como él hacía lo mismo con los suyos, colocándose nuevamente encima de mí, los roles ya estaban más que establecidos.
Con mi rodilla, sentí lo que parecía ser lo que no me dejaría caminar por días, pero eso no me detuvo, podría decir que me entusiasmó incluso. Antes de que perdiera la cordura, lo empujé y me senté encima suyo, no planeo dejarme dominar tan fácil.
Toqué mi barbilla mientras pensaba cual sería el primer lugar en ser atacado por placer, me acerqué lentamente a su piel lamiendo ese delicioso y salado cuello, el cual se tensó al sentir mi húmeda y deseosa lengua. Mordí sus exquisitas orejas susurrando un par de suciedades, lo que creo que le gusta, pues, lo que creía que no podía crecer más, lo hizo.
— Quiero que me toques Viktor — susurré en su oído — tócame como nunca tocaste a nadie Nikiforov. Móntame...
— Yuuri...— suspiró, colocando descaradamente sus manos en mi trasero, estrujándolo con fuerza. Me dan más ganas de no parar.
Bajé por su torso, besando, lamiendo y chupando cada milímetro de este, hasta encontrarme con la ya palpitante erección. Acaricié levemente su bóxer con los labios y Viktor lanzó un pequeño gemido. Sus largos cabellos están atrapados por una trenza, pero ésta ya se encuentra desordenada y casi disuelta. Espectacular.
