Un viaje inesperado

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Érase una vez en una caja de cristal, en donde vivía una niña que lloraba, lloraba cada vez que sentía pena.

Cada día los rayos del sol iluminaban menos su caja, por lo que su soledad y oscuridad la acechaban a cada instante. De un momento a otro la puerta de la caja cerró, y la oscuridad se hizo presente. La desesperación atormentó a la niña, la tristeza sacudió a la niña, la muerte pasó por allí, pero la niña la espantó, porque la esperanza nunca perdió. Cada día espera que esa pequeña puerta, esa puerta de la caja se abra, y así pueda sentir, sentir esa cercanía que no tiene con nadie más que con ella. Esa esperanza es la que nunca se perdió. La niña murió, pero nunca se defraudó, y al viajar hacia los cielos, de la caja salió y su esperanza retomó. Desde los cielos tuvo su nuevo sueño, volver a su caja, esa caja de cristal que existió una vez, una vez que ella sintió la soledad y la oscuridad, pero acompañada de esa esperanza que la niña nunca perdió. Y desde el cielo saludó a esas personas que miró, a través de su caja de cristal, que reflejaba su amistad, amistad incondicional.  

Un viaje inesperadoWhere stories live. Discover now