Un sonido no expresado

Calipso

Ella retuvo al héroe a su regreso. Lo endulzó con manjares, le ofreció placer e inmortalidad. 
Ella tenía planes para él. Planes que no eran para él. Planes que no estaban en el corazón de él. 

Me pregunto qué habría pasado si ese ser tan delicado, frágil y aparentemente dócil y lleno de miedos hubiera tenido la capacidad de decir No. 

Esa novela no me distrae, no la entiendo. Aunque esté en inglés, aunque esté en español. No llena mi corazón. Así como Calipso no llenó el corazón de Odiseo. Él anheló a su antiguo amor. Prefiero el amor de aquel ser que anhelaba antes que la inmortalidad. Ulises. Sus páginas me ponen ansioso. La magnitud de la narración sobrepasa mi capacidad de controlar mis emociones. 

Confusión. Duda. Incertidumbre. Las definiciones más precisas. ¿Le ofreció mejores cosas que yo? ¿Lo encantó con su rostro, sus palabras, sus toques? ¿Tuvo miedo? 

¿Por qué una persona no puede decir directamente lo que piensa y siente? ¿Qué es? ¿Miedo, inseguridad, evitación del dolor? 

Salí a la playa después de mucho. Contemplé el mar. Pensando en ti. Pensando en por qué te fuiste sin despedirte, sin decir palabra. Pensando en si acaso volverás algún día. Pensando en lo fútil del sentimiento que vivo. Pensando en cómo es fácil engañar con las palabras. 

Ya quiero verte. 

Desaparición. 

Las olas del mar. ¿El mar es azul? ¿O es verde? ¿Por qué es verde? 

Je ne comprends pas.
Don't let him hurt you.  

Ella acompañó por unas horas. Aunque lejos. El Océano Pacifico no es azul. Es verde. Y está sucio. Como el sentimiento que siento por ti. 

Aunque ya no estás. No arruiné el sentimiento. El sentimiento se infectó. Es difícil controlarlo ahora. Está difuso. Tu presencia. Tus explicaciones. Aclararían mi mente. Tranquilizarían mis pensamientos. 

Si regresaras a mí. Pero nunca te tuve. Nunca nos tuvimos. No se puede regresar a algo que nunca fue tuyo. ¿Por qué siento tanta confusión? 

Debilidad mental. Lo maté yo. No, no lo hiciste. Él se fue. Pero ¿por qué se fue? Yo lo maté. No, no lo hiciste. No te quería. Es obvio que no me quería. Me engañó. ¿Por qué lo dices? Me engañó porque no actuó como se suponía. ¿Cómo se suponía que debía actuar? Deja de hacer preguntas, déjame solo. Yo siempre estoy aquí. No me puedo ir. Estoy contigo siempre. Me confundes, cállate. Vives de recuerdos, ¿verdad? Basta. Me torturas. No puedes crear una vida solo con momentos felices. Así es como viven todos. Eres patético. Aferrándote a quien no te quiere. Pero él me estaba sonriendo. Te confundes. Él no hizo eso. ¿Qué explicación me dará ahora? Él no volverá. Basta, me lastimas. No volverá. Te dejó por alguien mejor. El miedo. Él ama el miedo. Déjame en paz. ¿Por qué no puedo estar solo? Tienes miedo a la soledad, ¿cierto? Hablas de tu mente. No, es aislamiento. Lo odio. ¿Y aún así, te quejas? Es un sentimiento desagradable. Hablas de tu mente. Ese dolor que tienes. Tú mismo eres ese dolor.