°Capítulo 7°

4.9K 481 60
                                    

Me gustaba mucho sentarme a leer luego de cenar. La luz tenue de mi sala era maravillosa, me hacía sentir en un ambiente cálido y romántico, perfecto para mis lecturas nocturnas.

Estaba por terminar el último capítulo de mi libro cuando sentí que gritaban mi nombre. Era ventajoso y cómodo vivir en esta residencia, ya que solo contaba con cuatro edificios de tan solo cuatro apartamentos, los cuales, todas las ventanas principales de ellos daban hacia la calle y era más fácil a la hora de que alguna visita no se supiera el número de cada casa.

Me asomé, era extraño que alguien a estas horas gritara por ahí y más mi nombre, pero más raro fue ver a la persona que lo había hecho.

Apenas lo ví, puse los ojos como platos de la impresión, ¿Qué hacía Kook llamándome? ¿Qué no era que se tenía que ir rápido a su casa luego de dejarme? Le hice una señal con la mano y bajé lo más deprisa que pude para abrirle.

—¿Qué estás haciendo aquí?.— le dije abriendo la puerta de la residencia para que pasara

—Pues, no tenía nada que hacer y como no tengo tu número, solo pensé en venir.— tenía las manos dentro de los bolsillos de su jogger, traía un suéter y una gorra puesta hacia atrás

—Ah, ya veo.— cerré la puerta y nos adentramos al vestíbulo del edificio —aquí es.— le señalé saliendo del ascensor y apuntando hacia la entrada de mi casa que se encontraba justo frente a este —pasa.—le indiqué, me puse a un lado para que pudiera entrar y pasé llave detrás de él

—Es pequeña, pero linda.— me comentó sentándose en el mueble

—Gracias. Me gusta mucho también. ¿Quieres agua, té...? ¿Algo? No sé que tomas tu.— me sentía un poco nerviosa, ver a este ser en mi casa era un poco extraño, se suponía que no me caía tan bien

—Agua está perfecto, no te preocupes.— sus labios se elevaron haciendo un fina sonrisa

Le serví un poco de agua y me senté a su lado luego de dársela. Me contó que en realidad había venido no por no tener nada que hacer, sino que tuvo una gran pelea con su padre y no quería estar en su casa. Se sentía molesto y solo pensó en venir para acá, más extraño aún porque él y yo no teníamos ni la más mínima confianza.

Coloqué una película y nos acomodamos a verla luego de hablar un poco. Estaba por terminar cuando sentí que Jungkook colocó su brazo alrededor de mi, comencé a sentir un leve cosquilleo que recorrió mi estómago. Al finalizar la película, él agarró el control y apagó el televisor, se volteó hacia mi y me comenzó a mirar fijamente.

—Eres muy linda.— sobó mi cara con su pulgar —¿Te lo habían dicho antes?.— me preguntó

—No.— respondí nerviosa —bueno si, pero... no sé.— me sentía una tonta, mi corazón latía a mil por hora y todo era gracias a él

—Yo te lo diría cada día y a cada momento.— se fué acercando poco a poco, podía sentir su respiración en mi rostro —quiero darte un beso. Bésame.— fue ahí cuando sus labios tocaron los míos, esto si era verdad que no me lo esperaba

Trabajo de Verano.《Jungkook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora