Capítulo nueve.

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Después de escuchar las dulces palabras de Zayn disculpándose por su comportamiento, me conmoví, y decidí besarlo yo esta vez.

De repente cortó el beso, de golpe, y se dirigió a la habitación sin mirar atrás. Le seguí, observando su espalda desnuda y definida. Cuando entré en la habitación el seguía de espaldas, así que le giré, para darle de nuevo un beso algo largo.

Me agarró de la cintura, continuando el beso, y se tumbó en la cama, tirandome hacia el. Solo alejaba su boca de la mía para respirar de vez en cuando.

Los dos sabíamos que pasaría a continuación, y no me negué en ningún momento. Le paré por un momento, para quitarme la camiseta y quedarme en sujetador.

Sonrió divertido, lo que hizo que continuaran los besos tan apasionados que habían empezado hace unos minutos. Yo estaba tumbada en la cama, y el encima mío, moviendo su lengua al compás de la mía.

Tras largos besos y parones para quitarnos las prendas de ropa, comenzó a besar mi cuello. No pude reprimir un suspiro de placer.

Entonces empezó todo. Empecé a sentirlo dentro de mi, una y otra vez. Mis manos se posaban fuertemente sobre su espalda, agarrándolo. El continuaba con besos, tanto en mi cuello como en los labios.

A veces no aguantaba el dolor, pero otras solo quería que se parara el tiempo, que no acabara nunca.

Tras largos minutos así, acabamos uno tumbado al lado del otro. Yo de lado, dirección a el, con mi mano sobre su pecho y él, mirando hacia el techo.

-¿Qué tal? — se atrevió a preguntar, girando su cabeza hacia mi.

-Genial — dije — ojala todas las veces sean así.

Se rió, algo sorprendido por mi respuesta.

La verdad, había estado nerviosa, pero intenté no pensar en ello. Nunca me había planteado como sería mi primera vez, simplemente surgió.

Se incorporó para sentarse en la cama, apoyando su espalda desnuda en la pared. De repente algo crujió en la habitación y una de las esquinas de la cama se hundió.

Solté un grito, agarrándome a Zayn, asustada.

El se asomó debajo de la cama, una pata se había partido.

-Retiro lo de que ojalá todas las veces sean así — le confesé sonriendo.

El me miró y estalló en carcajadas. Yo le imité, contagiada por su sonrisa.

Después de largos segundos riéndonos de la extraña situación que acabábamos de vivir, me abrazó fuerte, aun con su reluciente sonrisa, sin dejar de mirarme, hasta quedarnos dormidos.

                           • • •

Hacía apenas una hora que nos habíamos levantado de la cama. Zayn estaba en el sofá viendo la televisión, mientras yo terminaba de prepararme mi taza de café, como todas las mañanas.

Me acerqué a el.

-¿Me dejas tu móvil? — le dije.

-¿Para qué? — preguntó.

-Para llamar a tu madre, voy a confesarle que fui yo la que choqué con su coche — le expliqué.

Desvió su mirada de la pantalla.

-¿Qué? No, olvídalo Valeria, no le diremos nada — dijo haciendo una pausa para darle un sorbo a su café — le arreglaran el coche en el taller y todos contentos.

-No, quiero decírselo.

-¿Segura? — preguntó arqueando las cejas.

-Sí — aseguré.

Me tendió su móvil tras marcar el número de su madre. Me fui a la cocina a hablar con ella a solas.

-¿Si? — preguntó una voz femenina.

-Hola Trisha — saludé — soy Valeria.

-Ah, hola Valeria, ¿pasa algo?

-No, no — hice una breve pausa — solo que... ¿estás ocupada?

-Em... no — me dijo. Oí un pequeño golpe y supuse que estaba leyendo el mismo libro que el día que la conocí — dime.

-Tengo que hablar contigo — le anuncié.

-Te escucho.

-Bueno, antes de nada, quiero que sepas que Zayn no sabía nada de lo que te voy a contar hasta hace unas horas... — expliqué — ¿recuerdas que me contaste que tu coche estaba en el taller porque te habían dado un golpe?

-Ajá.

-Pues... lo siento mucho, de verdad, pero fui yo. Estaba dando marcha atrás para salir del aparcamiento y te di sin querer. Yo... me puse muy nerviosa, no sabía que hacer y me fui. — paré para respirar — ni siquiera sabía que era tu coche, y no le dije nada a Zayn para no preocuparlo. Entiendo si estas enfadada conmigo.

Esperaba oir una queja, o el pitido de que había colgado. Pero no.

-Deberías habérmelo contado, querida — me dijo tranquila.

-Lo sé, perdoname. No quería ver a nadie cabreado conmigo.

-Y también deberías haberme avisado de alguna forma... no sé, dejandome tu número de móvil en alguna nota en el parabrisas... algo.

-Sí, lo hice fatal — dije resumiendo.

-Pero tranquila, no pasa nada. Le puede pasar a cualquiera.

-No, todas estas cosas solo me pasan a mi, siempre estoy metiendo la pata.

-Deja de decir eso, Valeria — dijo amablemente — podría haber sido peor.

La verdad es que sí que podría haber sido peor, mucho peor. Podría haber estado ella dentro del coche, y si fuera así podría haberse echo daño. O quizá podría haber estado Yaser en el coche. Eso si que habría sido mucho peor.

-Gracias Trisha — agradecí. — pero tranquila, buscaré la forma de pagarte la reparación del coche.

-Oh, no, no — se quejó. — para nada.

-Sí, quiero recompensarte. Tu coche esta en el taller por mi culpa, te lo pagaré — intenté convencerla.

-Olvídalo Valeria — me dijo como minutos antes había echo su hijo.

No quería olvidarme de mis errores, quería solucionarlos.

-Por favor... — rogué.

Pero ella no cedió, y se negó rotundamente a que le pagara los daños causados.

En seguida cortamos la llamada y me dirigí a darle el móvil de nuevo a Zayn.

-Ya está — le anuncié.

-¿Cómo ha ido? — preguntó intrigado.

-Muy bien — respondí. — demasiado bien. No se ha enfadado.

-Pues genial entonces — dijo contento.

-Sí, pero no quiere que le pague los arreglos del taller. — dije pensativa.

-No me gusta nada esa mirada — reveló. — ¿Que estas pensando?

-En que sí le voy a pagar los arreglos del taller.

Zayn me miraba sin entender cómo conseguiría ese dinero, y yo simplemente pensaba en como podría conseguir un trabajo.

                          • • •

Cap hotttttt. Ya hacía falta un capítulo como este en la historia, pero aún hace mucha mas falta lectores. De verdad, me leeis 5 personas contadas. Si sigo con la novela es por no dejaros  sin saber el final a las que me leeis.

Por favor, compartid la novela o recomendarla, esto no puede seguir así.

Secuelas de suerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora