Capitulo 1: Creaciones

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Desde hace mucho tiempo, los Solari son conocidos por su gran sabiduría , pero habían 2 niñas, que sobresalían del resto, sus nombres eran Diana y Leona. Estas jovencitas eran muy buenas amigas y durante años, esta amistad prevaleció, hasta que un día, Diana decidió salir de la cuidad, para expander sus conocimientos. Pidiéndole a Leona que la acompañe, esta se negó, debido a que les exigieron quedarse en la cuidad y no salir por ningún motivo. Diana, molesta por que Leona no la quiso acompañarla, pensó en salir en secreto de la cuidad durante la noche. Esperando a que Leona se durmiera, empezó a correr hacia la puerta sin que nadie la viera.
Una vez afuera, se dejo guiar por la luz de la luna, la cual le pareció mas hermosa que la luz del sol. Caminando mucho mas lejano de la cuidad de los Solari, Diana se vio frente a un monte gigante, y no espero para averiguar que es lo que había en ese monte, luego de escalarlo, encontró nuevamente la luz lunar, pero esta vez, apuntando hacia una misteriosa armadura y una espada en forma de luna creciente, con un poco de miedo, decidió acercarse a aquella armadura y en el momento que estuvo muy cerca de esta, la armadura la lleno de un conocimiento totalmente desconocido para ella. Emocionada por contarle todo a su amiga y a los grandes sacerdotes, decidió que era momento de regresar.
Cuando Diana regreso a la cuidad, se encontró con Leona, quien la quería regañar por salir de la cuidad, y como castigo, la llevo a los grandes sacerdotes para que dictaran su castigo. Cuando Diana estuvo en frente de los sacerdotes, decidió contar todo lo que había aprendido de su pequeña excursión, pero la reacción de los sacerdotes no fue como Diana esperaba, al contrario, estaba aterrados por lo oído, y con la sentencia máxima, culparon a Diana de herejía, y fue expulsada de la cuidad inmediatamente.

El Radiante AnochecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora