Fue muy duro.
Entré en un estado de depresión bastante fuerte.
No creía como una persona era capaz de hacer tanto daño.
Una mañana de enero, regresando de las vacaciones de Navidad, yo estaba sola, no tenía amigos, no tenía nada, típica chica que come en el retrete, aislada de todo.
En la fila de educación física el estaba.
Un chico de ojos verdes.
Cabello castaño, con pecas, era perfecto.
Me atonté con él, era hermoso.
Pasaba horas y horas mirando su belleza.
Yo seguía sola, hasta ese día.
Yo iba caminando por el pasillo de prisa para llegar a clace de ciencias, pero.... choqué con él, no lo podía creer, fui tan pendeja como para no darme cuenta de que él estaba cerca.
Mis libros estaban tirados por el pasillo, sin levantar la cabeza los recogí pero él tocó mi mano y dijo-
No te preocupes, yo los recogeré, perdón.
Yo me apendejé, como siempre.
Yo estaba tan perdida y el me tocó el hombro y dijo-
En donde queda tu salón, te acompañaré.
Yo sólo seguía mirándolo pero no tenía de otra y me acompañó hasta mi salón.
Fue tan lindo.
Después de eso empezamos a hablar, un día me confesó que yo era muy linda y me pidió mi numero.
Desde ahí comenzamos a hablar cada vez más frecuente.
Pasábamos horas hablando por teléfono.
Era perfecto.