¡Cambios y más cambios!

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— ¿Y ahora qué? — preguntó la castaña.

— No lo sé, debe haber alguna manera en la que podamos revertir esto. — me empecé a remover en las sábanas, digo, ¿Viktor se empezó a remover? Un agudo quejido estalló en nuestros oídos.

— ¡Me duele todo el cuerpo! —sollozó — ¡No puedo caminar! — se me congeló el corazón y sentí como un intenso calor me subió a la cara. Yuko me miró atónita.

— ¿¡Tuvieron sexo?!

— B-Bueno...

— ¡Lo lograste Yuuri! — exclamó palmeando mi espalda.

— ¡C-Cállate! — me dirigí al adolorido cuerpo que sólo emanaba lamentos. — ¿V-Viktor? — el castaño dio un brinco reflejando la misma sorpresa con la cual me desperté.

— ¡¿Lo sabes?! — asentí —¿¡Yuuri?! ¿¡Cuánto bebiste ayer?!, ¡Estoy muriendo!, ¡Perdóname por causarte este insoportable dolor! ¡La próxima vez seré más delicado! — ¿próxima? ¡¿de verdad eso es lo primero que me dirá en una situación así?!

— ¿¡Enserio es eso lo qué te preocupa?! ¡Míranos!

— Ahhh, esto, pues... No tengo ni idea de lo qué está pasando — sonrió ladeando su cabeza a un lado.

— ¿¡Cómo puedes estar tan tranquilo?! — se encogió de hombros sin dejar de sonreír.

— No frunzas el ceño, me saldrán arrugas. — decir que estaba desconcertado es poco, ¿Cómo puede estar tan tranquilo? Y ¿Cómo se puede ser tan diva? — Tienes que calmarte un poco Yuuri, ahora, sólo hay que relajarse y dejar que las cosas sigan su rumbo... — se tumbó en la cama con una placida sonrisa — ¿¡Realmente estaba esperando que me calmara?!

— ¿¡Como quieres que me calme?! ¡No quiero ser tú el resto de mi vida! ¡Quiero mi cuerpo devuelta ahora! — exclamé angustiado, sin meditarlo mucho en verdad. Una punzada de culpa me llegó cuando vi la expresión de Viktor. El mencionado sólo suspiró y miró por lo bajo, no tuve el coraje para mirarlo a la cara. Que aterrador se veía cuando estaba enojado, pero no iba a mentir fingiendo falsa tranquilidad.

— Lo siento Yuuri — murmuró el castaño mirando las sábanas.

— Yuuri, él tiene un punto, tienes que calmarte, no sacas nada estando enojado, ahora sólo nos queda esperar a que algo suceda— interrumpió Yuko. —sé que esto es una completa locura, pero tendrán que adaptarse por el momento—¿Ser Viktor? — Para evitar que alguno de los dos le arruine la vida al otro, ¿podrían compartir habitación? intercambien números por si acaso... ¿Se podrá? — ambos asentimos en silencio, con cierta incomodidad sentimental de parte de ambos — ¿Les importa si consulto con Mila? Tal vez ella nos pueda ayudar a resolver esto, siempre ha sido muy espiritual y ha entendido de esas cosas raras.

— ¿¡A la bruja de la facultad de filosofía?! — definitivamente quieren matarme.

— Por dios Yuuri, no es un "bruja", sólo es excéntrica

— ¡Está loca! —la verdad es que Mila siempre me pareció una mujer muy rara, gracias al cielo no hemos hablado mucho, sólo cuando nuestras facultades se unen para hacer algún tipo de proyecto.

— ¿Se te ocurre algo mejor cerebrito? — Yuko se molestó por mi falta de cooperación.

—Sólo a ella Yuko, esto se debe mantener entre nosotros... — ella asintió y se levantó.

— Vayan a la habitación de Yuuri, nos encontramos en la cafetería cerca de la facultad de medicina, pónganse un poco más decentes. — salió por la puerta y un incómodo silencio nos tragó a mí y a Viktor.

Cambio de CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora