prólogo.

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Soy un hombre solitario, bueno, solía ser un hombre solitario. Cada vez que cierro los ojos antes de dormir recuerdo ese momento,  la recuerdo a ella, sentada junto a mí con su  cabello despeinado y sus grandes ojos brillantes, entregados a todas las maravillas del mundo. Yo no soy una maravilla.  Soy un hombre solitario. 

Me llamaron hace unos días para decirme que Sander había fallecido, infarto. Aquello me llenó los ojos de lágrimas, porque él fue lo más cercano que tuve de un padre, porque él me sacó de la miseria. Viejo bastardo. Recuerdo que solté el teléfono, me senté en mi escritorio y pensé: "eso es lo peor que le puede pasar a un hombre solitario, dejar entrar personas a su vida y luego que ellas pierdan la suya". Después de eso la soledad no es igual, no es tan pura, queda la nostalgia, los recuerdos y eso se traduce en melancolía. 

Soy un viejo de cuarenta años, pero alguna vez tuve dieciocho,  y también me ocurrieron cosas locas,  y, también me enamoré. Ahora que estoy en la misma casa donde, creo que es así,  mi vida de escritor empezó,  quiero escribir mis memorias. Siempre he estado en contra de los libros juveniles pero ésta es una historia juvenil, porque se trata de mis mejores años; cuando sentía dolores por todo el cuerpo y hambre todo el tiempo. Creo que es momento de escribir mis memorias.  Acabo de terminar un libro de Onetti donde dice que un hombre tiene que escribir su vida al llegar a la edad de cuarenta años, aún más si le han pasado cosas interesantes. Entonces cómo no escribir ésta historia, si habla de cuando conocí a Sander en aquel café,  fumando sus cigarros y leyendo aquellos libros y de como estaba loco por aprender a escribir porque el viejo me dijo, para aquel entonces, que si llegaba a escribir un buen libro no tendría que preocuparme por dinero, cómo no escribir esta historia si es la misma historia que revive a Rose, mi querida Rose.

Para empezar tengo que contarles desde que escapé de casa, porque si no hubiese escapado de casa nunca me hubiera acercado a un libro y mucho menos me hubiese enamorado de Rose.

Ésta es la historia de como me convertí en escritor. Esta es la novela que tuve que escribir primero; pero que no escribí por celos, porque no quería que nadie leyese lo que trae a la vida a Rose, no quería que otra persona leyese, reviviera, sintiese,  oliera o se enamorase de Rose, de mi Rose;  y ahora de ustedes también.

No me abandones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora