❤Imagina | Niall Horan.❤

Adios.

—¿Niall? —Dijiste entrar a la casa.

—¡Bebe, estoy en casa! —Llamaste de nuevo, colocando las compras en el mostrador de la cocina.

De repente, escuchaste voces y gemidos.

—¿Qué demonios...? —Murmuraste para ti misma.

Lentamente subiste las escaleras.

—¡Más rápido, Niall! —Escuchaste a alguien gritar.

No hay manera de que esto pueda estar sucediendo en estos momentos. Niall no haría esto, ¿verdad? Te detuviste frente a la puerta del dormitorio, cuando viste un sostén rojo.

—No ... —Murmuraste temblorosamente, tus labios temblando, lágrimas formándose en tus ojos.

Lentamente abriste la puerta y miraste la escena frente a ti. Estaba Niall, teniendo sexo con tu mejor amiga en la cama.

—Te amo —exhaló besando sus labios.

—Yo también te amo —gimió ella, tirando de los pelos en la parte posterior de su cabeza.

—¿Niall? —Murmuraste, con lágrimas en los ojos.

Se apartó rápidamente, sus ojos se abrieron en shock.

—¡Oh mi dios (T/N)! —El exclamó.

—No te atrevas a hablarme, tampoco tu Hannah, ¿cómo pudiste? —Lloraste corriendo por las escaleras.

—Bebé, espera —gritó Niall tratando de correr tras de ti mientras tiraba de algo de ropa interior.

Te pusiste los zapatos y abriste la puerta. Antes de que pudieras abrir la puerta por completo, Niall la cerró para evitar que salieras.

—¡Déjame ir Niall! —Lloraste, golpeándolo en el pecho repetidamente.

—(T/N), por favor déjame explicarte bebé... Lo siento —Lloró abrazándote fuertemente.

—¡No! ¡Te odio! —tu gritaste.

De repente, tu ahora ex mejor amiga bajó las escaleras.

—Sal —exigiste.

—(T/N) Estoy tan... —interrumpiste.

—¡He dicho que te vayas al infierno!

Ella les dió a los dos una última mirada y se fue. Ni siquiera te molestaste en mirar a Niall y subiste a las escaleras para empacar tus cosas.

- (T/N) Déjame explicarte! - Niall se arrodilló y comenzó a mendigar.

Lo ignoraste y seguiste metiendo algunas de tus cosas en el equipaje.

Tu corazón lloraba y sabías que era por Niall.

No tenías que mirarlo porque sabías que también te arrodillarías y lo exprimirías hasta la muerte.

Cerraste los ojos al pasar junto a él y bajó las escaleras hasta la puerta. Mirando hacia arriba en la parte superior de las escaleras, Niall no te estaba persiguiendo.

—Adiós Niall ... —susurraste cuando cerraste la puerta de golpe con la maleta que te seguía.

Te fuiste, esperando, tarde o temprano, que Niall resolviera las cosas.

Sin saber a dónde ir, finalmente decidiste que sería mejor que fueras al lugar de tus padres.

Estabas cerca, a unas cinco cuadras de distancia. Arrastraste la maleta y la dejaste detrás de un arbusto para que tus padres no sospecharan.

Una vez que tus padres abrieron la puerta, explicaste lo que sucedió entre Niall y tú, y acordaron dejarte quedarte todo el tiempo que quieras.

1 semana después.

Estabas sentada en el sofá de tus padres mirando películas de amor y comiendo de un cubo de helado. Llamaron a la puerta, así que te arrastraste para abrirla.

—¿Sí? —Dijiste pero luego levantaste la vista para ver a los cuatro mejores amigos de tu ex en la puerta.

—(T/N) gracias a Dios! —Liam gritó, abrazándote en un fuerte abrazo, ni siquiera te molestaste en devolverle el abrazo.

—¿Qué es lo que desean muchachos? —Preguntaste empujando a Liam fuera de ti.

—Vuelve con Niall ¿por favor? —Zayn suplicó, sus ojos marrones parecían necesitar dormir.

—¿Después de lo que me hizo? No, gracias.

Y con esas palabras comenzaste a cerrar la puerta, un pie impidió que se cerrara por completo. Se abrió de golpe y los cuatro muchachos entraron para sentirse como en casa.

—Uhhh... - Te las arreglaste para decir mirando a los chicos.

—Mira (T/N)... ¡Niall es un desastre! No se ha duchado, no come nada, solo bebe, se emborracha, ¡pero eso lo empeora! —Harry dijo sacudiendo la cabeza haciendo que sus rizos cayeran frente a su cara.

Bajaste la vista hacia tus suaves zapatillas de ranas. Niall no era así, cuando ustedes dos estaban juntos, nunca se emborrachaba, se dedicaba solo a comer, y siempre recuerda bañarse.

Ustedes dos eran iguales y odiaban ser malolientes y todo lo demás.

Suspiraste y miraste a los chicos.

—Bien... iré a hablar con él... —murmuraste.

Los muchachos lo vitorearon y lo llevaron al piso que habían compartido. Ustedes lo habían hablado e hicieron el amor por primera vez para un perdón.

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