Lo primero que llamó su atención fue la caligrafía, se le hacía conocida pero no podía recordar de quien era.
-¿papi? -una niña de cinco años estaba tallando su ojito mientras bajaba las escaleras.
-aquí, cariño. -cerró la puerta y decidió no darle mucha importancia pues ya iba un poco tarde al trabajo. -¿lista para ir a pasar el día con tío Taeh?
Asintió emocionada mostrando su mochila llena juguetes y dulces, la cargó y llevo con su mejor amigo que se despidió de él animadamente.
Cuando estuvo dentro del carro abrió los contactos y estuvo a nada de presionar el número de ese chico que años atrás conoció en la ciudad de Busan, cuando aún era joven, pero Hoseok subió al carro pidiendo mil y un disculpas por llegar tarde.
Fue un día normal en la empresa, excepto por la carta que sostenía en sus manos sin saber de quien era, suspiró y la abrió.
17/04/08
Querido Min Yoongi.
Es un idiota.
Un gran idiota si usted cree que simplemente le dejare ir sin algo para que me recuerde hasta el final de sus días.
Puede decir lo que quiera sobre mi, pero hable de mi, o por lo menos piense en mi, vuelva a Busan y cuando camine por la orilla del mar, recuerde las veces que caminamos juntos, recuerde las veces que lo hicimos a la luz de la luna con nuestros cuerpos mojados.
Recuerdeme en sus noches solo, recuerde mi tacto, recuerde mi voz susurrando su nombre y pidiendo por más.
Recuerdeme en cada café sin azúcar que tome, recuerde que yo solía endulzar su boca con la mía.
Recuerde el sabor de ser amado por todo un verano, recuerde nuestros pies enredados o nuestras manos juntas, recuerde nuestras voces juntos.
Recuerde nuestros sueños tontos que mueren a cada kilometro que se aleja de mi. Recuerdeme aunque sea de mala forma, pero hagalo, porque moriría si en algún momento usted olvida cosas tan pequeñas como nuestros apodos o mi caligrafía.
Perdoneme si cree que estoy siendo mandón, o estúpido, o mimado.
Pero sólo estoy enamorado, tan estúpido como la luna de los lobos, tan estúpido como la luna del sol.
Tan estúpido como usted.
¡Lo odio, Min Yoongi! ¡Lo odio por no quedarse y acurrucarse conmigo hasta ver al sol desaparecer por el horizonte!
Supongo que es culpa mía por enamorarme de las estrellas que se reflejan en su piel.
Marque su cuerpo tantas veces, pero en algunos mese su piel me habrá olvidado, no encontrará marca alguna de nuestro enamoramiento.
Me canse de esperar que regrese, mi madre se cansó de verme llorar por las noches después de que mi padre me grita mil y un veces que debo olvidarlo, que sólo jugó conmigo.
Pero es mentira, lo sé, usted me pidió irme con usted, usted me ama.
¿Verdad?
Mi madre trató de sacarme de mi habitación, me he roto la muñeca, hyung, afortunadamente ha sido la izquierda.
Me he preguntado todas las noches si volverá, si puedo alcanzarlo, si podemos encontrarnos a mitad del camino, si podemos... Ser todos nuestros sueños.
Pero supongo que no sabré la respuesta quedándome adentro, pero no quiero la vida tan insipida que había antes de su sonrisa, así que...
Te amo, min yoongi, no se te ocurra olvidarlo.
Te amo tanto que Daegu no está a más de un beso de distancia.
Tienes razón, tú valiente cabrón, manten tus palabras, porque soy mimado, terco y estoy inevitablemente y estúpidamente enamorado de usted.
Quiero decirle todo esto en persona, así que esto saldrá hoy por la tarde, si mis cálculos no fallan usted tendrá esta carta en dos días por la mañana, y yo estaré esperando en la estación por usted.
Y esperaré en la tercera banca como siempre.
P. J.
¿Por qué ahora? Después de diez años llega la carta de ese niñato mimado, gruñe y se hace un aviso mental de tener que ir a reclamar a la oficina de correo.
Juguetea con ella esperando a que el reloj marque la hora en la que tiene que ir a la estación de trenes por su esposo que ha llegado antes de lo acordado.
Se despide de los guardias de seguridad y sube al auto, la hoja de papel sobre el siento del copiloto haciendo que bufe de vez en cuando.
Pero los recuerdos le hacen sonreír como tonto enamorado, lo recuerda como si lo estuviera viendo, sus mejillas grandes, sus manos pequeñas enredadas con las suyas, recuerda el olor de su piel, la suavidad de su cuerpo, su voz agudita gritando su nombre.
Recuerda todo de Jimin, porque el sigue enamorado del chico rubio que está sentado en la tercera banca mientras juega con una hoja en sus manos.
—¡hey duraznito! —el menor levanta la vista y le da esa sonrisa que hace sus piernas temblar, se acerca y le da un beso muy efusivo.
E incluso lo carga un poco, haciendo que su querido esposo se ría sobre sus labios, su corazón latiendo rápido, como la primera vez que le vio.
El verano de hace diez años, donde ninguno de los dos pudo adivinar que ese día conocerían a su alma gemela.
—¿adivina qué? —es lo primero que le dice jimin, sube sus hombros restandole importancia, tal vez se había reencontrado a uno de sus novios de buscan y no le importaba.
Diez años y sigo tan enamorado de este mocoso.
—al parecer me enamore de un estúpido chico que olvidó un detalle. —yoongi chasqueo su lengua pero seguía sin bajar al chico de sus brazos. —que no importa cuanto tiempo pase, la verdad siempre sale a la luz.
Le mostró el papel en sus manos y tuvo que bajarlo para poder tomarlo.
—tú no leíste mi carta, tú ibas por mi yoongi, eres un maldito por hacerme sentir mal esos meses donde yo parecía un... ¡Desesperado! —el menor hizo un puchero haciendo a yoongi reír, la carta en sus manos le hizo sonrojarse.
Es que él había sido el desesperado pero cuando jimin dijo no saber nada de ese papel donde enteraba su dignidad decidió asentir a que jimin dijera algo de una carta que nunca llegó.
O bueno, llegó diez años más tarde.
—... ¿Estás escuchando? —asintió distraidamente y volvió a besarlo.
Y si ninguno de los dos tenía las cartas, entonces sabía que nunca forzaron nada, ellos estaban hechos el uno para el otro.
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From Busan;
FanfictionTe mando mi amor en una carta, esperando que llegue antes que yo. Yoonmin Carta; one shot. From Daegu; @bxksma_