Out Of My Limit. (Luke Hemmings y tu)

Capitulo trece.

Este, puedo decir con toda certeza, había sido el día menos productivo de mi vida entera.

Primero que nada, tengo que aclarar, que el calor era insoportable. Podía sentir como la delgada polera de tiritas azul que llevaba puesta se me pegaba al cuerpo, lo que hacía completamente incomodo el movilizarme hacia algún lugar. El sol era insoportable casi tanto que no dejaba que te movieras sin sentir algún tipo de sudoración corporal.

Soy una persona que se desespera fácilmente frente a estas circunstancias, por lo que no dude en prender el aire condicionado al máximo. Daba igual el hecho de poder enfermarme, necesitaba aire o moriría de calor.

Como ni mamá ni papá, ni Rachel, tenían planes para hoy, todo se me hizo más fácil. Mi plan de quedarme echada en mi cama como una muerta, mientras el aire helado me llegaba directamente a la cara, no se vería interrumpido.

Fue por eso que pase prácticamente todo el día tirada en aquel colchón esperando no morir de calor. Fue un día poco agradable. Pero después de que anocheciera, me bañara, y me pusiera el extraño pijama que mi prima me había regalado meses atrás, las cosas parecían mejorar.

Estaba de nuevo en la cama, si. Pero ahora el sol no alumbraba infernalmente y podía sentir el aire nocturno entrar por la ventana. Para mi suerte Rachel, acobardada por las historias de monstruos, había decidido quedarse con mamá y papá en las noches, lo que me dejaba libre de poder hacer lo que quisiera en las noches.

Eso sonó más liberal de lo que pensé, con lo que quisiera me refería a ver películas hasta tarde o hablar con Shanna.

Eran las diez de la noche y el resto de mi familia se encontraba durmiendo en la habitación de al frente. Por alguna extraña razón se acuestan más temprano que las gallinas, probablemente no son humanos, no lo sé.

Un ruidito en la mesa de al lado de mi cama me hizo dejar de pensar en la extraña similitud de mis padres con animales, bendito sea mi celular. Una sonrisa se puso en mi cara cuando tome el aparato con mis manos y vi de quien se trataba.

Luke me estaba llamando.

Aclare mi garganta unas diez veces antes de contestar, no quería arriesgarme a tener una voz de enferma, o de cansada, en medio de la conversación. Cuando al fin pude me asegure de que mi voz estuviera completamente sana deslice la pantalla hasta la derecha para contestar.

-Hey –La voz de Luke sonaba nerviosa, pero al mismo tiempo, casual.

-Luke –Sabia que no podía ver mi sonrisa, pero algo me dice que el sabría que estaba sonriendo como una estúpida, era casi predecible. Vamos, que un chico te llame en la noche es totalmente tierno, más aun si ese chico es el vocalista de tu banda favorita quien tiene los ojos más hermosos del universo y los hoyue… debería dejar de hablar tanto. -¿Qué sucede?

-Oh, es que necesito que me hagas un favor –Abrí mis ojos. Esperaba algo así como ‘Te quería dar las buenas noches’ o tal vez ‘¿Qué te parece si salimos mañana?’ pero no. De todas formas, ¿Qué favor le podía hacer una chica adolescente que no conoce esta ciudad y que esta encerrada en un hotel lujoso? –Necesito que subas a la azotea.

¿Escuche bien? ¿La azotea del hotel? ¿El hotel tenia azotea?

-¿Disculpa? –Fue lo único que atine a decir, estaba un poco confundida.

-Oh, si. Es que veras, ayer se me olvido darte algo, y creo que enserio no puedo esperar para dártelo. Es importante. –Alce una ceja. ¿Acaso Luke estaba delirando? Camine hasta mi ventana y, en vez de mirar a la calle como siempre, mire para arriba. Más o menos veinte pisos, genial.

-Okey, me cambiare ropa e iré–Dije algo perturbada. Aunque estaba emocionada porque Luke estaba aquí, algo era extraño.

-No no, te demoraras mucho, solo ven –Me mire de pies a cabeza. Mi pelo estaba perfectamente peinado, pues me lo había cepillado hace poco, pero mi cara y mi atuendo no era para nada favorable. No tenía ni una sola gota de maquillaje y ese estúpido pijama que mi prima italiana Mary me regalo, pues a ella le quedaba pequeño, de seguro iba a perturbar a Luke. Rodee los ojos.