Este soy yo.

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Un chico de complexión delgada que no rebasa los 55 kg y mide 1.78 mts, tiene rostro siempre despreocupado y sonriente, labios gruesos y pequeños, ojos del tamaño y color  de una semilla de café, siempre usando ropa un poco olgada para verse al menos un poco más corpulento. Celoso con sus pensamientos y frío por naturaleza, mente egocéntrica y terca. (Vaya que me costó escribir esta última parte),  tiene una parte en la que esa tierna, pero la guarda sólo para las personas que lo deben ver, soñador y constantemente inquieto, demasiado inquieto diría yo, distraído (me perdí  unos viendo el icono de mi laptop) y siempre buscador de cosas nuevas. 

Siempre pensante y extrovertido a la vez, por su mente pasan siempre toda clase de cosas, cosas que siempre pasa por alto y termina por desechar, así es como cada día tiene un pensamiento diferente, no se complica la vida y siempre trata de verla de un modo positivo, posee un temperamento fuerte, suele hacerlo enojar los detalles minúsculos que los demás pasan por alto, es flemático-colérico pero lo sobrelleva. 

Pueden pasar horas y horas y él podría seguir pensando en ¿Por qué no vemos la belleza en los demás? ¿Por qué asociamos todo lo negro con el mal? 

No se lo tomen a mal, yo amo el tono negro porque es simplemente hermoso, ver belleza en donde los demás pueden asociar fealdad es mi virtud tal vez más adiestrada.

Así soy yo,  tal vez les he dicho demasiadas cosas porque por lo regular no hablo de mí, prefiero socializar y escuchar a lo demás, en fin.

Nunca podré entender completamente a los humanos, digo completamente porque puedo entenderme a mismo. 


Querido diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora