Capítulo 17.

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Tenía la suerte de que apenas conocía a Austin.
Aunque me dedicó una muy buena impresión, creo que ya se arruinó.

¿Pero realmente sería Austin capaz de publicar mi vida íntima?
No podía saber la respuesta, pues había como una balanza, dudando si sí o no.

Después de todo eso era su trabajo en el periódico escolar.

--¿Estás bien?

Ross agitó su mano enfrente de mis ojos haciéndome volver al mundo.

--Sí, sí.

Tomé el bowl que contenía palomitas de maíz y lo puse en mis piernas.

--Desde que llegué haz estado rara.

--Tu estas raro.-me defendí en broma-.

Lo cierto es que toda la tarde me la pase pensando en Austin.
Y se que era una tontería, pero no podía simplemente sacarlo de mi cabeza.

--Ya pon la película.

--Como usted ordene señorita.

Ross le puso play a una película en la plataforma de Netflix.

--Espero no hayas elegido nada de terror.-dije dándole espacio en el sillón-.

--No seas llorona.

--No soy llorona, simplemente odio las películas de terror. Lo sabes.

--Yo te cuidare.

--Me largo.

Me levante del sillón, no estaba dispuesta a ver algo de terror. Menos ahorita de noche.
Ross le puso pause.

Ross se levantó fugaz del sillón y me atrapó por la cintura.
Forcejeé para soltarme pero con un rápido movimiento me abrazó poniendo más fuerza en su agarre.

--Es broma linda. No pondría algo para verlo solo.

Sonreí.

--Es de acción.

Amo la acción.

--Sé que la amas.

No emitía palabra alguna.
Sólo asentí.

--Perfecto.-dije por fin-.

En la misma posición en la que nos encontrábamos fuimos retrocediendo algunos pasos hasta llegar al sillón.

--Ya ponle play.

--Tu tienes el control en esto.-respondió-.

Lo miré con los ojos entrecerrados mientras agarraba el control y ponía la película.

--Y lo digo en doble sentido.

Susurró.

Mi corazón se aceleró y sólo le sonreí.

¿Por qué me siento así?

--¿Y Lily?

Solté.
Al instante me sentí mal por la pregunta, pero sólo había salido de mi cabeza.

--En casa supongo. ¿Y Austin?

Bien jugado Ross.

--Igual, creo.

--¿Ustedes...?

Lo miré con una ceja arqueada, esperando a que prosiga.

--¿Tienen algo?

--Claro que no.

Ross asintió.

Bufé y lo miré.

¿Otra vez tú? RLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora