El uno para el otro.

Yo decido.

Amelia’s P.O.V

Debería estar acostumbrada.

Debería estar acostumbrada a que se vaya la corriente justo cuando van a dar mi programa favorito, a que llegue el helado de chocolate justo cuando acabo de pagar por mi helado de vainilla, al comprar un sabor que no me gusta cuando trato de experimentar. Debería acostumbrarme que nada pase conforme a lo planeo y a que Kendall este enamorado de mi cuando trato de superarlo, pero no lo estoy. Trate de matar el sentimiento, pero no fue una guerra fácil de luchar y soy débil; perdí desastrosamente en el primer intento. Ahora todo dice Kendall, todo se oye como Kendall, todo huele a Kendall. Kendall, el comienzo y el final de mi día. En mi sueños cuando duermo, en mi pensamientos cuando estoy despierta, y todas las cursilerías.

La verdad es, que soy una de las personas que cuando se encuentra en situaciones difíciles, hasta que no toma un decisión no está tranquila. La primera decisión que tomé, fue hacerme su mejor amiga queriéndolo en secreto. La segunda, declararle mi amor. La tercera, cortar todas las conexiones. La cuarta, superarlo. La quinta, y la más reciente, amarlo.

Hoy hacen 5 días que acabe todos los exámenes, y en exactamente 1 semana es prom night. Los últimos días, han sido un poco raros. Después de esa noche en el cine con Kendall –una de mis favoritas debo agregar- el ha estado muy ocupado, casi no lo veo, aunque cuando lo hago siempre es el mejor momento de mi día (no surprise there). No somos novios; el no me lo ha preguntado y no me besa o me trata como a una novia, no somos mejores amigos, pues no me cuenta sus cosas como antes y como dije, apenas lo veo… Pienso que hemos pasado por tanto en nuestra relación, que el trata, pero no es lo mismo. Y sé que dijo que me ama, pero después de esa noche, no ha vuelto a hacer un movimiento. Sobre Prom, no creo que vaya.  No lo tenía planeado y nadie especial a.k.a Kendall me lo ha pedido.

“Ahhhh!” es el sonido que hago cuando ataca por atrás. Y si que es el por su fragancia, inolvidable para mí.

“He estado buscándote por todos lados” dice, ahora sentado a mi lado.

“Claramente no habías buscado mi habitación, he estado aquí toda la mañana” digo cerrando un libro que había estado leyendo, pero en el que realmente no me había concentrado “En fin, ¿para qué me buscabas? Si es  que me buscaste en algún lugar”

“Primero, te compre un rollo de canela del café, pero no te lo voy a dar hasta que no digas que si a lo que te voy a proponer ahora… está en mi mochila.” Y es con esos detalles, que me derrito de dentro a fuera. En un mundo en el que la caballerosidad está muerta, aquí esta Kendall, comprándome rollos de canela; sé que estoy haciéndolo más grande de lo que es (es solo harina con canela, ¿no?) así que trato de actuar casual, como si no quisiera gemir de lo bien que me hace sentir.

“ok, si, ahora dame el rollo” los rollos de canelas de ese lugar en especifico son una de mis debilidades. El suspiro y saque el rollo de canela de su mochila, entregándomelo. Olía delicioso.

“¿Quieres salir esta noche conmigo? No importa si quieres o no, ya dijiste que si.” Dijo con aire de superioridad, sonriendo un poco.

“¿Y que si tengo algo que hacer esta noche?”

“Cancélalo.” Su tono era firme.

“¿y si no puedo cancelar?”

“¿De veras tienes algo que hacer esta noche?”  Y de pronto se veía un poco nervioso, me sentí un poco mal por molestarlo… solo un poco.

“No” sonreí y el sonrió también.

“Pero tú solo amas hacerme sufrir, ¿no?”

“Tal vez un poquito… o mucho, ¿Quién sabe?”

“Después no te quejes…” un escalofrío recorrió mi espalda y decidí cambiar el tema.

“Entonces, ¿A dónde vamos? ¿Qué debería ponerme?”

“Es una sorpresa. Viste formal”

“uuuuuh, formal!” y tal vez estaba haciéndome ilusiones demasiado rápido, pero tenía la esperanza de que Kendall me pidiera ser su novia. Tal vez Kendall ni si quiera era de los que proponían, sino que dejaban todo pasar por sí solo. Pero yo si soy de las que espera una proposición, y no podía evitar pensar tal vez hoy fuera la noche. Imagine todas las formas en las que me lo podía pedir, y todas las formas en las que yo podría decir que sí; sabiendo que era muy posible que estuviera equivocada, pero queriendo creer que Kendall me quería lo suficiente para hacerlo por mí.