Parte de la historia narrada por Ally.
Ya había anochecido por completo cuando arribé a la mansión. Después de haber ensuciado la entrada con mi propio vómito, sentí mi garganta arder y un desagradable sabor en la boca.
A los pocos minutos, Irma me recibió en la entrada.
Lucía igual que la vez pasada, solo que ahora portaba un vendaje blanco sobre el lado izquierdo de su rostro. Al verla así, sentí un nudo en mi garganta y a mis manos temblar al recordar aquella noche.
—¿A qué has venido?—me preguntó con una voz fría y del otro lado de la reja.
—Decidí volver—dije sin más.
—¿Ah sí?—Acto seguido, me retó con su mirada y mis nervios aumentaron drásticamente.
—S-sí—logré articular con pesadumbre.
Pero ella seguía sin permitirme acceder.
—Necesito hablar con el señor Kadivack; tengo cosas que aclarar con él sobre la última vez que estuve aquí—argumenté intentando esconder el pánico que sentía.
Posteriormente, sacó un juego de llaves oxidadas de su bolsillo y abrió el portón. Éste rechinó al ceder y entré con encogimiento al jardín. Cuando Irma volvió a asegurar la entrada, supe que no había marcha atrás.
Días después.
¿Qué puedo decir?
Ya habían pasado dos días desde que regresé a ese lugar y no había visto a nadie más que no fueran los mayordomos o sirvientes. Hacía demasiado frío, más de lo que recordaba; en las noches mi abrigo y sábanas no eran suficientes para calentarme y casi no había comido, simplemente porque no sentía hambre.
Además, el tiempo pasaba demasiado lento y el silencio reinaba el lugar. Me pasaba las tardes durmiendo o simplemente mirando por la ventana de la habitación. Era lo único que me atrevía a hacer.
Fue una tarde, alrededor de las cinco, cuando escuché el rechinido de la entrada principal. Me asomé por la ventana y pude observar como un carruaje negro avanzaba por el jardín.
Inmediatamente, aparté la vista y me escondí entre las cortinas muerta de miedo, pues, tenía una ligera impresión de quién venía en el...
Minutos después, alguien llamó a la puerta y al instante levanté la vista asustada.
—Quiere verte ahora—anunció Irma abriendo la puerta.
Asentí y me fui con ella.
[...]
¿Por qué continuaba siguiendo a Irma cuando lo más que quería hacer era correr en dirección opuesta?
Lamentablemente, estaba condenada a cumplir con mi misión. No sé porque me seguía quejando, si fue algo que decidí por voluntad propia.
Bueno, no del todo.
—¿Por qué tan callada? ¿No era esto lo que anhelabas?—me preguntó Irma con dureza.
Sacudí mi cabeza para aclarar mis ideas y caí en la cuenta de dónde nos hallábamos.
Frente a nosotras, se levantaba con imponencia esa puerta blanca tallada, la cual, sentía que nos protegía de todo lo que pudiera ocurrir tras ella.
—Sí... Solo que... Me siento algo nerviosa—respondí con la mirada fija en el suelo.
La anciana prosiguió en 'arreglarme' fugazmente con tal de que me viera 'presentable' para Zack...
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Tierra Escondida I: Más allá de un sueño
FantasiaAlexandra Homel, alias Ally, es una chica aburrida, simple y que prefiere quedarse en casa en un viernes por la noche viendo Lost a que hacer algo que cualquier chica común haría. Ella simplemente vive una vida tranquila. Hasta que una mañana recibe...