14| Peleas

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Estaba junto a Anabella tiradas en el sillón revisando un viejo álbum de fotos en nuestras viejas vacaciones de verano en Carlos Paz, una ciudad muy bonita y pintoresca, Edward no había llegado aun, pero estaba por hacerlo y exactamente como si fuera coincidencia entro muy contento agitando su nueva licencia.

-Hehe yo quiero verla- salte por el respaldar del sillón y corrí hacia donde el estaba y se la saque- te ves gracioso- reí al ver su foto carnet.

-No puedo verme gracioso pues soy guapo las veinticuatro horas del día- dijo orgulloso.

-Aha si claro- dije con ironía pero la pura verdad es que si lo era y moría por decirle todo lo que sentía por el pero pensaría que soy una maniática loca así que preferiría esperar hasta que tuviese 17 o 18.

De repente había olvidado por completo a Bell, así que me volví al sillón pero le golpee al ver que miraba esperanzada a Edward.

-¿Que tienes?- le pregunte golpeándole el hombro para que reaccionase

-Nada nada- dijo ella cuando volvió en si

-Edward es mio- advertí en broma

-¿Como que tuyo?- pregunto algo alterada

-Es mi... tenia siete cuando me imprime de el- aclare- en teoría no podría vivir sin el-

-¿Imprimaste?- pregunto como si fuese la primera ves que oía esa palabra

-Si, creo que no tendré que explicártelo ¿verdad?- pregunte para asegurarme de que ya sabia de la imprimación y todo esa cosa de lobos

-No- dijo volviendo a la realidad

-Ah mejor, creí por un momento que hablaba con la pared- dije algo molesta

-¿Que dices?- dijo como si lo que dije no fuera cierto - Edward es algo lindo ¿no crees?- pregunto ella observando a la cocina donde el estaba.

-¿Que si lo es?- pregunte con ironía- aun si no lo fuera lo seguiría queriendo- terminado de decir esto me di cuenta la situación que estaba viviendo y no podía creerlo era imposible- no no no dime que no- dije enojada señalándola

-Yo no elegí- dijo como victima ella

-¿Te has imprimado de Edward?- grite, ella solo se limito a asentir, no me había dado cuenta de que los Cullen estaban allí observando cuando de un empujón tire el sillón con la traidora de mi amiga en el.

-Cálmate- se me acerco Jacob- contrólate- grito, tenia mis puños cerrados y las convulsiones estaban a punto de comenzar, Jake hizo lo correcto y para que no causara ningún delito de un empujón me tiro contra la pared que por suerte no se rompió, eso hizo que no me trasforme, pero seguía enojada, frustrada ¿y si Edward la quería a ella y no a mi?, esa pregunta me destrozo por completo, antes de que pudiera ocurrir algo mas corrí a mi habitación y me encerré en ella.

[...]

Mamá, pensé en cuanto tocaron la puerta.

-No quiero verte- dije dolida

-Te arrepentirás- dijo la vos del otro lado de la estructura que hizo que me quede perpleja

-Pasa- articule y en seguida se abrió la puerta y apareció su angelical figura.

-Ya lo sabes todo- dije avergonzada posando mi vista en el libro que tenia en manos

-Si lo se- dijo el sentándose frente a mi

-¿Y?- pregunte esperando algo que me hiriera

-Lo entiendo- dijo el acercándose un poco mas a mi

-¿A si?- pregunte algo curiosa ya que el no debería saberlo

-Es lo que le pasa a Jacob con Bella- explico el comenzado a avanzar hacia mi a tal punto en que sus ojos quedaron frente a los míos- Te besaría- confeso el- pero habrá tiempo para eso luego, cuando seas algo mayor- dijo el depositando un pequeño beso en mi frente, lo que hizo seguramente que me sonroje, ahora estaba segura, me quería a mi, como yo a el, era la chica mas feliz del universo jamas volvería a sufrir ni a hacer preguntas tontas por que sabia la respuesta y no tendría por que amargar ya que estas eran positivas para mi. por otro lado me aborrecía a mi misma por ser una adolescente de trece años, valla cuantas ganas tenia de ser mayor.

La Hija De Leah Clearwater Y Sam Uley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora