Pasaron los minutos de la canción y las lágrimas seguían cayendo. No sabía porqué se sentía así con esa canción. En realidad lo sabía perfectamente pero no quería.
Se quedó un buen rato tumbada en su cama intentando calmarse un poco y rezando para que sus sollozos no se hubiesen escuchado demasiado.
Fue sacada de sus pensamientos cuando escuchó unos golpes que provenían de la puerta. Era su madre que anunciaba que la cena estaba preparada y servida. Pero Ana ahora mismo lo último que quería hacer era ir a cenar con sus padres y su hermano con el ánimo que tenia.
-Lo siento mamá pero no me apetece ahora mismo cenar, ya si eso iré más tarde...-
-Bueno, como tu quieras.- dijo firme
-Vale... gracias...- suspiro
-Sabes que si te pasa algo puedes contármelo, que a parte de tu madre, soy tu amiga.-
-Si mamá.-
Su madre cerro la puerta mientras le sonreía tiernamente.
Al cabo de unos minutos agua salada empezó a predominar otra vez por el rostro de Ana.
Cuando abrió los ojos se sentía aturdida, no estaba segura si era Martes o Miércoles o el mes siguiente. De lo único que se acordaba era de que lentamente los ojos se le fueron cerrando después de que su madre cerrara la puerta.
Cogió el móvil y vio que era Lunes, hasta ahí todo bien, pero luego vio la hora y del susto se levanto de la cama. Las 19:30. Había perdido mucho tiempo y tenía que hacer deberes y estudiar para esos temidos exámenes. Se sentía confusa, tonta, sin ganas de nada... Como era posible que después de más de tres meses siguiese así. La respuesta era fácil y lo malo de eso, que la tenía a 5 minutos de su casa. Esos 5 minutos de distancia de entre ella y... y su debilidad, su talón de Aquiles...
Esa persona la cual ahora mismo estaría estudiando para sus exámenes o haciendo deberes, quien sabe, pero lo que ella estaba segura cien por cien, que tan mal como ella, no estaba.
*Bueno, aquí esta parte 2 después de mucho tiempo, espero que os guste (no se cuanta gente lo leerá) y si os gusta, una estrellita no estaría nada mal ^-^*
