18| Primer beso

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Como me indico Esme luego de vestirme me dirigí a la cocina a desayunar, antes de bajar las escalera me percate de la presencia de Edward sentado en el sillón así que lentamente con la mano apenas apoyada en el barandal baje lentamente. casi salte del ultimo escalón lo que hizo que me mirase, me limite a sonreír como tonta y tirarme junto a el en el sillón.

-¿Que te parece?-dije mirando sus hermosos ojos color miel

-Eres...- comenzó- hermosa- suspiro y luego me beso la frente 

Dulcemente rodeo mi cuello con su brazo y aproveche la situación para acurrucarme en su pecho, delicadamente comenze a acariciar sus finas fracciones hasta que Alice llego y me levanto del sillón con solo tironear mi brazo.

-Tu todo lo luces- dijo ella encantada con lo que sus ojos veían- podre comprarte pilas de ropa y todo lo lucirás genial- dijo super entusiasmada, solo la mira con un gesto de horror- oh... ¿los he interrumpido?- pregunto con un tono apenado -ya me voy- susurro girándonos un ojo.

-Sera mejor que comas algo- opino Edward  con su típica y encantadora sonrisa

-¿Me acompañas?- pregunte con un puchero, no hacia falta que dijera la respuesta. sin esperar un segundo se levanto me alzo como un bebe y me llevo a la cocina.

-Aquí traigo a la princesa- anuncio en cuando entramos, en cuanto me deposito en la silla Esme puso frente a mi un plato con muffins que comenze a comer enseguida.

-No se como puedes comer eso- dijo Edward con una mueca de disgusto

-Pero si es delicioso- dije inocentemente a medio tragar el ultimo muffin 

-Bueno princesa por que no vamos a dar un paseo por la nieve- propuso mi dulce amado.

-Con gusto- dije caminando hacia la puerta.

Salimos tomados de la mano y caminamos hasta un bosque nevado- aun mas que el de forks- con pinos altos que parecían arboles navideños.

-¿Lista?- me pregunto y sin esperar a mi respuesta me subió a sus hombros y comenzó a trepar velozmente uno de los enormes pinos hasta llegar a una gran altura, entonces fue cuando los dos nos sentamos en una rama. poco a poco se fue acercando mas a mi hasta que pudo acariciar mi rostro con su delicada y fría mano, sin pensarlo fuimos acercando nuestros rostros hasta que nuestros labios quedaron totalmente pegados en un beso que fue haciéndose cada ves mas apasionado.

La Hija De Leah Clearwater Y Sam Uley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora