Quizás estaba volviéndose algo paranoico al estar en ese estado que le daba la impresión de que su esposo no le prestaba la suficiente atención con él en esas semanas.
Se acomodó en la cama, ya no se podía consigo mismo en esa situación, le dijeron que esta vez a diferencia de las otras seria delicado, que tenía que tener cuidado de no realizar movimientos demasiado bruscos y aun así no quería despegarse de su pareja menos que nunca, de su esposo del cual llevaban años de casados.Sin embargo hoy su esposo Seijūrō partiría a una competencia de Shoji muy importante en el centro de Kyoto puesto que allí asistirían importantes hombres de negocios con los cuales hacia tratados en su empresa multimillonaria, así que realmente aunque él lo quisiera su esposo no estaría para quedarse a su lado.
Miro hacia la ventana; tal como había pronosticado el tiempo, se pondría a llover muy pronto y ya leves gotitas aparecían en la ventana como dándole el saludo. Miro el patio inmenso le gustaría estar afuera disfrutando el frescor de las pequeñas gotas, le gustaba un poco la lluvia, era refrescante y le recordaba momentos cálidos con su amado, sus abrazos tomando chocolate caliente y riendo de cosas tan sencillas, pero que muchos no reirían, puesto que el pelirrojo tenía un humor especial y poco comprendido, pero a Furi si le hacía reír.
Era injusto etar así tan solo. Era muy triste que se sintiera tan abandonado...
Sei no me ignores.
No me hagas sentir de esta manera.
Tal vez a estas alturas era solo una carga para el pelirrojo, era horrible pensar de esa manera, pero realmente la indiferencia de este le estaba matando lentamente, puede que estuviese muy ocupado, pero no seguir ser de esta manera sin ni siquiera le dé un gesto de cariño. Sentía que todo se estaba consumiendo lentamente, apagando como si la vela de aquella llama estuviera con apenas un poco de cera para sobrevivir.
Tal vez él era simplemente una persona egoísta al quererlo a su lado todo el tiempo. Siempre se consideró que era demasiado para aquel pelirrojo, este tan hábil y el tan inútil, solo era un simple perdedor.
Negó con la cabeza mientras se iba quedando dormido al escuchar la lluvia golpeando en las ventanas con más fuerza
---
Su marido llegó tarde con algo de lluvia en su ropaje puesto que no había parado de llover en todo el día, se cambió de ropa al entrar a la habitación matrimonial y Kōki lo llamo casi desesperado para verlo nuevamente, feliz de que por fin llegase a casa, quería al menos escuchar su voz y ver su hermoso rostro.
Entonces lo que más había temido escuchar en toda su vida salió de los labios de aquella persona, rompiéndole el corazón en mil pedazos, sentía que le costaba respirar incluso en aquel momento sosteniéndose para no decaer.
—Kōki, ya no te amo—Su voz sonó como siempre, sincera y sin tapujos pero con un toque frio esta vez.
Eran palabras tan simples, pero dolían tanto como una puñalada en el corazón con ácido, se sentía sangrar internamente, no había nadie quien pudiera parar aquel enorme dolor, aquel terrible vacío que se formaba en su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Yo lo sabía, digo, era evidente que no podía ser otra cosa desde que has estado muy frio conmigo últimamente, Seijūrō ¿Amas a otra persona?
Este negó rotundamente.
—No. Solo se acabó el amor, pensé que lo nuestro duraría más, pero creo que ambos debemos tomar rumbos separados Kōki.
— ¡Pero yo aún te amo a ti! ¡Te sigo amando!
Seijūrō no hizo ningún gesto cuando el castaño lo abrazó fuertemente contra sí, simplemente lo aparto y eso fue lo que más le dolio, lo indiferente que parecía ante él. Furihata se hizo a un lado, derrumbándose de dolor, cayéndose en el piso sin importarle nada, no quería nada más en este mundo, tal vez solo desaparecer de una buena vez.
Era demasiado dolor para ser soportado, demasiado para no caer y sentirse desfallecer como un ave herida ¿Por qué no podía tener a su lado a la persona a la que más quería? ¿A la que por fin pudo amar?
Y así el dolor traspaso más allá de él mismo.
-------------
La lluvia parecía más salvaje y fuerte que nunca a esas alturas, como su estado de ánimo. Estaba muy furioso, demasiado. Nadie tenía la culpa de lo que había pasado, pero aún así estaba impotente de no hacer nada en ese instante. Dio un puñetazo a la pared casi dejando la huella de su puño como prueba de su indignación e impotencia de aquel momento doloroso.
En ese momento entra aquel joven por la puerta del hospital como enloquecido, con la cara descompuesta, su cabello completamente mojado al igual que el largo abrigo color crema que llevaba en ese instante y con evidentes ojeras, su piel se veía más pálida que nunca.
— ¡¿Dónde está Kōki!? —El recién llegado se dirigió al padre de este último que estaba esperando en la enfermería casi remeciéndolo. — ¡¿ESTA BIEN VERDAD?!
—Está en el pabellón 13, pero no me han dado noticias hasta el momento.
—Tiene que estar bien—Se jalo el cabello como queriéndoselo arrancar de cuajo. Su mirada parecía perdida —Kōki debe estar bien, yo no puedo vivir si él se muere.
El hombre mayor le dio una suave palmada tratando de calmarlo.
—Lo estará Seijūrō. Mi hijo y mi nieto estarán bien. Deberías irte a dormir, acabas de llegar se nota que no has dormido nada.
—No puedo dormir, Kōki me necesita más que nadie, yo lo necesito. Donaría toda mi carne y toda mi sangre solo para que el viviera. —Se tapó el rostro con una mano—No debí dejarlo solo ni un instante, pero me sentía tan culpable de que estuviese así, embarazándolo después de poco tiempo de haber tenido otro hijo. Soy lo peor.
ESTÁS LEYENDO
Corazón
FanfictionDespués de estar casado con quien amaba su peor temor era que Seijūrō se aburriese de él, ahora que estaba en una situación delicada. Tal vez ya no era lo que él quería, ya no era la persona indicada para él. Para https://www.wattpad.com/Crosszeria...