Parte única.

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— Jungkook, larguémonos a casa.

Taehyung estaba un tanto molesto, puesto Kook nunca le había comentado que iba a encontrarse con Jimin. A pesar de que su corazón decía que le creyera y que realmente sólo estaba con él por trabajo, sus celos eran más fuertes que su capacidad de razonamiento, por lo que hoy lo iba a castigar.

Una vez llegaron a su destino, Jungkook rápidamente se bajó del coche azotando la puerta a su paso y entrando sin ganas al departamento, ganándose un bufido de parte de Taehyung, quién después de cerrar el auto con llave entró a la estancia.

— Ya te dije que estaba con Jimin por asuntos de trab... — La frase quedó inconclusa, pues Taehyung había estampado sus labios en los de éste, acorralándolo contra la pared de la sala.

Jungkook no pudo resistir y correspondió de manera hambrienta aquel beso improvisado, notando que en los movimientos de los labios de Tae estaba impregnado cierto aire de posesividad y celos, así como necesidad de imponer. Cuando la falta de aire se hizo evidente, Kook se separó levemente sonrojado y jadeando, mientras su contrario se relamía sus labios; la intensidad de la mirada de Tae hizo a Jungkook soltar un suspiro.

— Joder, te has portado demasiado mal, Kookie. — El pelirrojo se acercó al lóbulo de la oreja del pelinegro, soplando e inmediatamente mordiéndolo, haciendo que éste gimiese. Su tono de voz era ronco.

— Tae... ¿Cuántas veces tengo que...? ¡Ah! — Taehyung estaba bajando su lengua a lo largo del costado derecho del rostro del pelinegro, llegando a su cuello y empezando a mordisquearlo levemente.

— Creo que tendré que castigarte. — Susurró contra su oído.

Jungkook dio un respingo, pues una mano traviesa estaba empezando a masajear suavemente su miembro encima de la ropa, maldiciendo a sus adentros cuando se dio cuenta de su repentina excitación. Jadeó suavemente al sentir que aquella mano había subido el ritmo y, por ello, la intensidad de dichos movimientos.

Taehyung detuvo sus acciones, haciendo que inmediatamente el pelinegro soltara un quejido.

— Jungkookie, vamos a divertirnos juntos esta noche, ¿no?

La mano de Tae volviendo a atenderlo y la lengua del mismo en su cuello hicieron que el pene de Jungkook palpitara y éste suspirara profundamente. El pelirrojo sonrió ante tales acciones de su novio, desabrochándose su corbata y dejandola colgando a los lados de su cuello, sabiendo que la iba a utilizar más adelante.
Con cuidado, ambos se dirigieron hacia una de las habitaciones de manera lenta, tomándose de la mano y, de vez en cuando, Taehyung le pegaba su miembro semi-erecto al trasero del contrario, haciendo que éste se exaltara en sus brazos soltando leves gemidos.

Abrió la puerta del cuarto, dejando al menor sentado en la cama, sintiendo la tensión que había en el ambiente. Lentamente, Taehyung fue quitándole prenda por prenda a Jungkook mientras éste jadeaba. Cuando tuvo al pelinegro con sólo su ropa interior se dirigió al armario de la habitación, abriéndolo y dando a conocer su colección:

Cadenas...
Látigos...
Esposas...
Cuerdas...

Jungkook se mordió el labio inferior al ver todas las cosas que habían ahí colgadas, entendiendo ahora el significado de castigarlo. Y joder, claro que quería probar el masoquismo, claro que sería el sumiso de Taehyung. Se sumergiría en el papel, y descubriría un nuevo mundo de sensaciones tan malditamente placenteras que no sería capaz de controlarse...

Al instante lo comprobó, cuando vio a Taehyung acercarse con algunas sogas, con la intención clara de aprisionarlo en las cuatro esquinas de la cama; cuidadosamente el pelirrojo agarró cada una de sus manos, poniendo las cuerdas en sus muñecas y en la cómoda de la cama, repitiendo acciones con sus tobillos, dejándolo inmóvil, boca abajo y completamente a su merced.

❝S & M❞ | Taekook +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora