too close to you | destiel ✧

[ part 5 ]

Los pasos de ambos chicos fueron a parar finalmente a la casa de Castiel donde iban a llevar a cabo la ansiada ''celebración'' de Dean.

Algo inquieto, el moreno trató de sacar las llaves de su bolsillo para acercarla a la cerradura de la puerta y darle una leve vuelta hasta ceder.

La puerta se abrió y cruzaron el umbral para darse cuenta del silencio que reinaba en el lugar. Casi como si lo hubiesen deseado nadie se encontraba en casa a esa hora. Si bien no tenían nada planeado aún, pero era perfecto para pasar un rato más íntimo.

—¿Quieres algo para beber? —preguntó el pelinegro regalándole una sonrisa.

—Claro.

Castiel se dirigió hacia la pequeña cocina y abrió el frigorífico para sacar de éste una botella helada de cerveza.

Dean por su parte se mantenía distraído viendo la sencilla sala de estar, hasta que unas fotografías llamaron su atención. En la mayoría de ellas estaban un hombre mayor con una notable y descuidada barba, un joven con una melena corta y rubia, y Cas en medio de los dos. Al parecer siempre tomaban las mismas posiciones para las fotos.

—No te molestes por mi padre, posiblemente no llegue hasta la mañana siguiente —le informó, mientras le acercaba la bebida ya destapada.

—Gracias, Cas —aceptó la cerveza para luego beber un sorbo y apuntar hacia la fotografía, específicamente al rubio— ¿Él es...?

—Gabriel... —respondió desganado— Mi hermano mayor.

—No sabía que tenías uno —le vio de reojo, algo preocupado por su actitud indiferente ante el tema.

—Él se fue hace mucho, ¿qué más da? —rompió el contacto visual con la imagen familiar. Mientras menos importancia le tomaba, mejor se sentía. Después de todo ya habían pasado años desde que su hermano una noche decidió abandonar el hogar como acto de rebeldía.

Dean prefirió no comentar nada más luego de ver el efecto que causó en Cas aquella simple pregunta. La verdad es que era mejor que siguiese degustando su cerveza en silencio.

Sin embargo, el menor se quedó observándolo algo extrañado como solía hacerlo siempre, con los ojos algo cerrados y la cabeza un poco ladeada hacia la izquierda. Dean se percató de su mirada y apartó sus labios de la botella.

—¿Quieres un poco?

—La verdad es que jamás he bebido alcohol... No creo que sea bueno.

—¡Vamos! Sólo es para que pruebes un poco —le animó haciéndole olvidar el ambiente tenso que hace segundos provocó la pequeña charla familiar.

Curioso, Castiel tomó en sus manos el frío envase que estaba casi lleno y le dio un largo trago, sintiendo el líquido arder por su garganta. Dean trató de apartarle la botella al ver su precipitada acción y quedó mirándolo esperando una respuesta al respecto.

—Quema —contestó al fin— Quema... Mucho.

—Y esto no es nada, créeme.

El calor del alcohol había teñido de carmesí las mejillas del menor. Se veía adorable, pensó Dean.

La distancia entre los dos se iba cortando mientras el rubio se acercaba a los irresistibles labios de Cas, robándole un beso que el pelinegro correspondió gustoso. Sus manos viajaron desde su cabello hasta su rostro, bajando más por su espalda y al fin de ésta, donde se encontraba su lindo trasero.

Castiel no podía hacer mucho más que aferrarse más al cuerpo de Dean, haciendo que sus cuerpos se rozaran bruscamente y sus respiraciones se hicieran mucho más inestables.