¡Manos donde pueda verlas!

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— ¡Oh Yuuri! — exclamó, y de un momento a otro, paró el ascensor, dejándonos a ambos atrapados

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— ¡Oh Yuuri! — exclamó, y de un momento a otro, paró el ascensor, dejándonos a ambos atrapados. Rodeó mi cuello con sus brazos, escondiendo su cara en mi pecho.

— ¿Q-Qué crees que haces? ¿No me escuchaste? — pregunté intentando alejarlo un poco, pero fue totalmente inútil.

— ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¡Este es el mejor día de mi vida! ¡Yo también deseaba hablar contigo!

— C-Cállate — exclamé muy avergonzado intentando sacarlo de encima. Es muy raro esto, verme así es terrible — N-No sé de qué hablas.

— ¡No tienes que sentir vergüenza! ¡Yo también he querido hablarte por meses! Sólo que no sabía cómo acercarme... tenía miedo de que me rechazaras... — masculló tímidamente ¿Esto es una confesión de amor? — ¡Pero ya no importa!

— No es lo que- — antes de terminar de responder sus labios atraparon los míos, me quedé congelado, no me lo esperaba para nada. Movió tiernamente sus labios, incitándome a hacer lo mismo con los míos.

— No te resistas — susurró antes de abrir su boca.

Su lengua entró como si nunca hubiese besado a nadie, esperando a que la mía le diera la bienvenida a mi cavidad bucal. Inevitable. Me estaba besando a mí mismo. ESTO ES MUY RARO, mi conciencia me decía que parara, esto no puede ser peor. Separé a Viktor el cual sonreía de oreja a oreja. Volvió a rodear mi cuello con sus brazos y me estrujó con fuerza.

— Me gustas, Yuuri... —susurró con toda la calma del mundo, con sus mejillas ligeramente carmín y una tierna sonrisa. Mi corazón dio un vuelco, sentí como su pecho latía igual de fuerte que el mío, esto tiene que ser mentira, no puede ser cierto ¿Me estaba jugando una broma?

Sentía mi cara roja, no estaba para nada preparado para esa confesión.

— V-Viktor...

— Yuuri, no te sientas forzado a amarme, puedo esperar a que tú me ames a mí también — sacó su cara de mi pecho y sonrió complacido con mi reacción, sin apartar la mirada, volvió a encender el ascensor, el cual no demoró mucho en funcionar de nuevo, dejándonos en el tercer piso. Sentí como el ruso entrelazaba ambas manos, sosteniendo mi brazo con una gran sonrisa, tomando la iniciativa para salir del elevador.

Todas las personas nos miraban mientras caminábamos hacia mi habitación, murmurando cosas como "¿Qué hace Viktor con él?", "¿Acaso son pareja?", "pobre Viktor" "mira la cara de terror de Viktor". Noté al instante como el mencionado miró molesto alrededor. Quería apresurar el paso rápido antes de que a Viktor se le ocurriera hacer una locura, pero creo que era demasiado tarde, sentí un tirón en la mano.

— ¿Qué miran? ¿Se les perdió algo? — exclamó más que molesto, todos se miraron extrañados, nunca me comportaría así— Una maravillosa persona como yo puede estar con quién se me pegue la regalada gana sin estar en boca de otros. ¡Así que piérdanse! — se volteó hacia mi cambiando totalmente su actitud de gata rabiosa a una tierna y melosa — ¿Seguimos amor? — asentí boquiabierto, me acerqué abrazándolo por la cintura. Así evitaría que fuera a golpear a alguien.

Seguimos caminando y mi corazón latía con fuerza, sentía que se me iba a salir el alma por la boca. ¿Qué acababa de pasar? ¿Acaso Viktor me defendió? ¿o se defendió a sí mismo? 

¡No entiendo! ¿Qué es esto que retuerce en mi pecho?

Entramos a mí habitación, la cual estaba un poco desordenada por el desastre que causó Yuko ayer por la noche.

¿Puedo ducharme? — preguntó recorriendo las cuatro paredes con la mirada.

— Claro... — respondí dudoso, cuestionándome si realmente quería que lo hiciera, me incomodaba muchísimo pensar que Viktor vería cada minúsculo centímetro de mi cuerpo.

Tomó una toalla y se adentró en el baño sin piar mucho más. Intenté ordenar un poco la habitación, pero sinceramente no pude evitar quedarme mirándome en el espejo, el cuerpo de Viktor era un sueño, parecía sacado de otro mundo, a pesar de que tuviera el cabello enredado y no me hubiese lavado la cara, se veía simplemente espectacular, cada centímetro de Viktor es perfecto, no pude evitar morderme ligeramente el dedo índice, sentí una gran excitación al ver tal exquisita escena, colocando una sensual mirada de ingenuo deseo y erotismo.

Toqué ligeramente "mis" abdominales, rozándolos con las yemas de mis dedos, sintiendo un extraño cosquilleo. Comencé a jugar ligeramente con el elástico del bóxer, dios esto no puede sentirse mejor, esto me daría mucha, mucha diversión. ¿Cómo es posible que con tan solo verme en el espejo y hacer un par de cosas ya esté tan excitado? Como me pones Viktor... Sin darme cuenta ya tenía mis manos dentro de mis pantalones y mi cuerpo apoyado en la pared.

— ¡Mhg! — intenté bajar la voz, pero ver a Viktor haciendo tal obscenidad me ponía demasiado, leves gemidos salían de mi boca, con jadeos de por medio — V-Viktor...

— ¿Sí? — una voz me lanzó un balde de agua fría en la cabeza, dejándome inmóvil, mi corazón dejo de latir por un segundo por el susto y por mi asquerosa suerte.

Me volteé y la mirada de Viktor se clavó como un millón de espinas en mis manos, su cara reflejaba inocencia, como si estuviera un sorprendido, pero no al punto de enloquecer como yo. Alejé las manos de los genitales de Viktor, colocándolas a la vista, cruzando un poco las piernas para que no se notara mi evidente erección.

— ¡V-Viktor! Esto... N-No es lo que parece— tartamudeé queriendo meter la cabeza en la tierra, ¿a quién intento engañar? ¡Me estaba masturbando! Bajé la mirada, no podía encararlo, ¡qué vergüenza! — L-Lo siento, no pude... contenerme... — sentía como mi estómago se anudaba cuando las carcajadas de Viktor no tardaron en resonar logrando sacar mi mirada del suelo.

— ¡Está bien Yuuri!, no te preocupes — dijo intentando recuperar el aire — No creí que cayeras tan rápido, pero en cierto modo me hace sentir mucho mejor pensar en que me deseas — sonrió guiñándome un ojo. Me tomaron varios segundos antes de poder contestar algo, procesando la idiotez que me acababa de decir, ¿Qué lo deseo? O sea, es cierto, por no tiene por qué echármelo en cara.

— ¿Q-Qué? ¡N-No es cierto! — sentí mis mejillas arder. Miré de reojo el espejo. Viktor se veía tan lindo sonrojado. — ¡Me tengo que bañar! — empujé a Viktor y me encerré en el baño dando un portazo. Me quería morir.

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¡Buenos días! Espero que estén muy bien.

¡Manos arriba Yuuri! ¡Pervertido!

Bueno, ayer escribí en Facebook que publicaría capítulo, pero hubieron algunas complicaciones con el tiempo, así que los premiaré subiendo capítulo este fin de semana!

Muchisímas gracias por todos los lindos comentarios, en serio, es que, de verdad no tengo palabras para decirles cuanto lo aprecio, me hacen el día, y los leo todos, todos.

Que tengan un maravilloso día, nos leemos <3

Minari~

Cambio de CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora