Ellos

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AVISO ESTA HISTORIA TIENE SANGRE MASACRAS VIOLENCIA ETC ETC.
comenzamos

Royd Macher había visto algunas cosas raras en sus cuarenta años de vida, pero nunca a un niño sentado en medio de labarra girando un vaso con lo que parecía ser vodka. Se quedó algo desconcertado, incluso esperó que fuera uno de esos hombres pequeños, pero entre más se acercaba más le quedaba claro de que era un niño el que tenía enfrente de él.

El pequeño niño usaba una camisa naranja de manga corta y unos pantalones café pese al frío que había esa noche. Todo lo que lo cubría era una bufanda roja alrededor de su cuello. Levantó el vaso y olió su contenido antes de dejarlo nuevamente.

Royd miró al Master buscando una explicación, ese hombre de cincuenta años simplemente se encogió de hombros y desvió la mirada mientras se alejaba del niño. Dispuesto a saber más, Royd se acercó al niño por detrás. Si era realmente un niño quizás estuviera con alguno de sus padres, o un hermano mayor que simplemente lo descuidaba. Como sea, necesitaba de un grito y quizás una buena zurra.

-Puntual como siempre. -La voz del niño sonaba cansada, y por un segundo la palabra "hombre pequeño" regresó a la mente de Royd. Aquel niño tenía el cabello blanco, y Royd casi creyó que podría ser un anciano. -No te equivoques de nuevo, sólo tengo once años. O al menos es lo que mi cuerpo deja ver. -Se rio de una forma que hizo sentir algo incomodo a Royd.

A Royd le gustaba salir a beber de vez en cuando, quizás una o dos veces al mes. Era una buena forma para relajarse y olvidarse de su trabajo en la construcción. Sus brazos esa noche se sentían especialmente adoloridos mientras se acercaba más a la silla junto al niño, y su cabeza estaba sudando un poco. Pasó una mano por su barba de una semana y se sentó junto al pequeño.

-Estoy sólo. -El niño habló antes de que Royd pudiera preguntarle nada. -Y el trago es mío. -Pasó un dedo por el vaso de vidrio y miró el claro líquido que brillaba en el.

-¿Tuyo? -Miró al Master otra vez, el hombre los veía con una pequeña gota de sudor cayendo por su mejilla. Cuando se dio cuenta de la mirada de Royd, el vaso que había estado limpiando durante una hora entera casi cayó al piso y volvió a desviar la vista. -¿Cómo exactamente un niño consigue un vaso de vodka? -Y uno muy lleno.

-Lo amenacé con mandar una carta a la policía indicándoles donde ocultó el cuerpo de su sobrina de seis años.

Royd sintió unas pequeñas cosquillas en su garganta mientras trataba de ahogar la pequeña risa que amenazaba con salir.

-Ya enserio niño, este no es lugar para pequeños. ¿Están tus padres por aquí? Creo que necesitan una buena charla. -Y se las daría. En su vida permitiría que ninguno de sus hijos pisara ese tipo de lugares hasta que fuera mayor de edad, y puede que un poco más grandes.

-Mis padres están llorando en casa. -El niño le respondió mientras levantaba un poco su vaso. Royd se lo quitó de las manos con cuidado. -Sí, me olvidé de esto... -Masculló un poco.

-Mira niño, no sé como obtuviste el vaso, pero creo que lo importante es que regreses a casa. -Miró alrededor en busca de algún mayor que fuera responsable del niño, pero nadie parecía darle mucha importancia, había algunas personas que parecían señalarlo como si fuera el responsable de que estuviera ahí. -Niño-

-Lincoln. -El niño frente a él lo miró a los ojos. Aquellos ojos se veían vacíos y sumamente cansados. -Mí nombre es Lincoln Loud. Soy el hijo de en medio en una familia grande: diez hermanas; cinco mayores, y cinco menores. No espera, ahora son cuatro mayores, el próximo mes serán tres, y el tercer mes serán dos. -Trató de alcanzar el vaso, pero Royd se lo impidió.

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