♔Regalito♔

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Desde hace tiempo Willy comenzó a caracterizarse a sí mismo como alguien que había ganado un título que nadie más podría arrebatarle. Incluso llegó a presumirlo, en secreto y con pequeñas acciones, pero lo hizo, y todavía de vez en cuando lo hace.

Además ese pequeño orgullo le hace sonreír mientras pone la cabeza en alto gritando muy bajo que ha hecho lo que nadie más ha logrado hasta el momento.

Y, una vez más, reclama ese título frente a ese tipo de mirada que él le está dedicando.

Hasta ahora ha sido el único en sorprender a quien es su compañero y que tiene por segundo nombre "Vegetta". Lo sabe bien, celebra en secreto aquello que, a los ojos de los demás, puede parecer algo nada importante, cuando en realidad si lo es.

Su compañero le otorga una vez más el título y se lo confirma con esa mirada estupefacta y con los ojos más abiertos de lo normal.

Ambos permanecen en silencio, todo eso debido a lo que lleva Willy en brazos. Se permite apreciar, una vez más, las múltiples expresiones de sorpresa que Vegetta puede llegar a tener siempre que logra tomarlo desprevenido.

Se deleita frente a la escena pues eso pocas veces sucede.

Acaricia con calma y sonrisa astuta, la pequeña cabecita blanca, con orejas largas caídas a ambos lados, del conejito.

Enarca las cejas, a espera de cualquier otra reacción, que complemente la sorpresa de su compañero.

Y Vegetta al tartamudear, Willy lo único que puede hacer es engrandecer su sonrisa y gestos al saber que el mayor no sabe que es lo que debe de decir.

Inquisitivo, espera a que Vegetta pregunte porqué lleva un conejo cargado en los brazos.

—¿Willy? —Lo primero que sale de los labios del mayor, es su nombre con tono incrédulo. Atiende rápidamente a su nombre, alentándolo a continuar—. ¿Y ese conejo?

Algo dentro de su estómago se revuelve, siente cosquillas debido a sus propios pensamientos.

Sonríe un poquito más, se lo permite y sus ojos desaparecen también en el proceso.

—Pues es un conejo, Vegetta —termina diciendo con obviedad poniendo los ojos en blanco. El mayor entrecierra los ojos, receloso—. ¿Por qué me miras así?

Vegetta señala al conejito que carga entre los brazos mostrándole desconfianza únicamente con hacer muecas y fruncir el ceño cual niño pequeño al que no le han explicado algo de vital importancia.

—¿Por qué trajiste un conejo aquí? —insiste todavía mirando al pequeño animal—. Eso es muy raro en ti, compañero.

Haciendo un mohín, acercando al conejito mucho más a su pecho, Willy retrocede haciéndose el ofendido por las palabras de Vegetta .

—¿No te gusta? —pregunta fingiendo decepción—. Pensé que dirías algo como que es muy lindo o cuqui...

—De hecho lo es —le interrumpe el mayor estando de acuerdo, ojos brillando emocionados por el conejito—. Pero eso no responde a mi pregunta, William.

Willy termina rodando los ojos ante el apodo, fingiendo estar un poco más ofendido para después, darse cuenta de que Vegetta no le está creyendo nada. Pone los ojos en blanco, acercándose hasta él, mostrándole mucho más de cerca al pequeño conejo.

—¡Uy, que bonito! —chilla el mayor en voz baja al acariciar al animalito. Willy no puede evitar soltar pequeñas carcajadas llenas de ternura ante las múltiples reacciones que la mayor parte del tiempo deja ver su compañero—. ¿Puedo cargarlo, Willy?

Regalito | Wigetta | DrabbleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora