Capítulo V

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—Vamos, Beverly. Solo toma uno, no es tan difícil —Le dije, llevábamos más de 10 minutos observando cada maldito empaque de tampones, pero a mi amiga no le convencía ninguno.

—Pero, ¿cuál? -Preguntó con el ceño fruncido.—Solo mira, ¡hay demasiados!

—De acuerdo. Si no puedes hacer lo tú, lo haré yo —Di un paso hacía los estantes llenos de paquetes de tampones, de diferentes marcas, tamaños, colores. Di una última mirada a las opciones que había, y tome las de empaque azul fuerte.—¡Listo!, pan comido.

Llevaba el empaque azul en mis manos. Caminamos para llegar al siguiente pasillo, y apenas habíamos llegado vimos a Gretta. Paramos en seco. Le di una mirada rápida a Bev y ella a mi y nos volvimos para ir al siguiente pasillo. En ese momento no queríamos problemas con ella. No ahora.

Llegamos al tercer pasillo. Pero esta vez no estaba Gretta, claro, había oído la campanita de la puerta cuando salio. Ahí estaban William Denbrough, el pobre chico al cual su hermanito falleció, no recuerdo muy bien el por que; Edward Kaspbrak, de el no había escuchado hablar mucho, mas que tiene un trauma con las enfermedades, bacterias y esas cosas; y también estaba Stanley Uris, un chico judío, bastante lindo.

Bev y yo nos detuvimos, planeaba hacer lo mismo que con Gretta, solo irnos. Pero los chicos ya nos estaban mirando. Y parecían tener problemas con algo. Por cierto, había ocultado el empaque tras de mi, así que, a menos de que me diera vuelta, ellos no lo verían.

—¿E-E-Están bien? —Preguntó William, había olvidado que era tartamudo, por una razón lo apodaban el tartaja. Seguro nuestros rostros se veían realmente mal como para que preguntara algo como eso. Mire por un segundo a Bev, su semblante era serio.

—Estamos bien —Contestó Bev.

—¿Qué te ocurrió? —Pregunte al ver al mas bajito de los tres, ya que llevaba en sus manos algodones y demás cosas de emergencias.

—No es asunto tuyo —contestó el chico llamado Stanley.

Me retracto de lo que dije sobre él.

—Hay un niño al que querían matarlo —Contestó el chico bajito, Edward, si no me equivoco.

—N-n-necesita antiséptico, pero... no t-t-tenemos dinero —Parecía avergonzado por decir esto último.

Nos quedamos en silencio, después de unos segundos, Bev y yo nos miramos cómplices. Teníamos la misma loca idea.


(...)

—Me gustan sus lentes, Señor Keene —Dije forzándome a sonar lo mas dulce e inocente posible.

Ambas estábamos frente al mostrador. El Señor Keene nos miraba con sus ojos con arrugas, ojos de anciano.

—Es idéntico a Clark Kent —Sus palabras se escucharon igual de forzadas que las mías.

—Ohh, jajaja —se acomodo sus lentes.—No estoy muy seguro...

—Quisiera probármelos.

Wowow. Eso no lo venia venir, Bev. Si sigue así, lo terminara seduciendo. Asco.

—Ah...

Lo dudo por unos segundos, pero finalmente, accedió y se los entrego. Beverly se los puso con pena, y después levanto el rostro para que el Farmacéutico le viera.

—¿Qué dice?

—¿Qué te parece? —Por unos segundos me pareció que le miraba el pecho a Bev.—Eres idéntica a Lois Lane.

Me pregunto si van a parar con sus referencias.

—¿En serio?

El Sr. Keene movió la cabeza acertivente. Beverly se quito los anteojos, y cuando estiro la mano para entregárselos, hizo caer un pequeño estante lleno de cigarrillos. Unos cayeron junto al estante, y otros permanecieron en el mostrador.

—Lo lamento tanto —Cerro los ojos, fingiendo de veras sentirlo.

El anciano movio la cabeza negativamente.

—Descuida —Sonrió dejando ver sus amarillentos dientes. Y se bajo a recoger lo que se hallaba en el piso.

Aproveche eso para girar a ver a los chicos, quienes estuvieron desde atrás observando toda la escena. Ellos entendieron y se marcharon, Edward tropezó con un estante de medicamentos, pero después se levanto y se fue.


Beverly sale de la farmacia antes que yo. Un par de minutos después, salgo yo. Ahí veo a Beverly y delante de ella esta Denbrough, me dirijo a donde ellos.

—G-g-gracias —Dice el chico extendiéndome un billete arrugado en la mano.

—Descuida —Le niego el dinero.-Fue un placer.

—¿Ben de sociales? —Bev fue a donde estaban unos chicos. Después le seguí. Y finalmente, William nos siguió.

Llegamos a donde los chicos. Estando mas cerca pude reconocer los, eran: Benjamín Hanscom, el chico nuevo de la secundaria de Derry, y Richard Tozier, a quien todos conocen como Richie Boca sucia Tozier, o también Richie Bocazas Tozier. Cruce mirada con el por unos segundos, hasta que me incomodo y la aparte.

Ben se veía muy malherido, mientras Eddie trataba de sanarlo.

—¿Qué diablos te paso? —Pregunte al fin, la curiosidad me estaba matando.

—Solo me caí —Mostró una sonrisa, este chico me cae bien.

—Si, encima de Henry Bowers —Dijo Richard, ya veo porque le llaman bocazas.

—Callate, R-R-Ri-Richie —Le dijo Bill.

—¿Qué? ¡Es la verdad!

—¿Seguro trajeron lo indicado? —Les pregunto Bev.

—Nosotros lo cuidaremos. Y muchas gracias, B-B-Beverly y Blair.

—Podríamos vernos luego —Sugerí.

—Tenemos pensado venir a la ca-ca-cantera mañana, si-si quieren ir.

Por alguna extraña razón mi mirada viajo inconscientemente hasta el chico de lentes. El se percato de eso, o ya me estaba mirando, pero el caso es que nuestras miradas, nuevamente se cruzaron. En pensar en la segunda opción me hizo sonreír.

—Lo pensaremos —Contesto Bev por mi.

Me despedí de los chicos con una sonrisa y Beverly y yo salimos del callejón.


Después de hablar lo con Beverly durante el trayecto a nuestras casas. Decidimos ir a la cantera con los chicos mañana. De solo pensar en la idea me daba mucha emoción. Y cierto chico de lentes permanecía plantado en mis pensamientos.

-🐢

Richie Bocazas Tozier [IT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora