Estuvimos alrededor de cinco minutos en silencio, lo único que hacíamos era estar sentados en la cama, no nos decíamos nada, ni siquiera nos mirábamos, no tenía el valor para ver a Lincoln a la cara, fue solo por un segundo, pero, de todos modos, pensar en herir a una bebé indefensa, fue lo más bajo a lo que pude haber caído en mi existencia en este mundo.
Lincoln me abrazaba reconfortantemente buscando tranquilizarme, no lo entiendo a veces, casi le hago daño a su hermana y me trata como si fuera otra víctima. No sé si sea ingenuo, tonto, inocente o simplemente demasiado bueno para este cruel mundo.
A pesar de todo, no estaba triste, tampoco estaba enojado ya, ni siquiera estaba en un lapsus de contemplación de mis tendencias suicidas autodestructivas, mucho menos me sentía miserable. Solo... me sentía decepcionado conmigo mismo. Mientras estaba con Lincoln pensé, todo esto se originó para poder vengarme de Lynn, ella rompió lo único que tenia de mi padre, asique yo le arrebataría a su hermana, pero al final... ¿mi padre estaría orgulloso de lo que pude haber hecho?, ¿o mi madre?
Sonara ridículo pensarlo a estas alturas, después de tanto tiempo, pero ¿ellos estarían orgullosos de lo que hago?, ¿cómo exploto a la mínima provocación?, como una olla a presión a punto de reventar, ¿hubieran querido esto para mí?... en el fondo sé que no.
Mientras seguía distraído en mis pensamientos, Lincoln y yo escuchamos lo que describiríamos como una estampida dirigiéndose hacia la puerta de la habitación, de repente la puerta se abrió de golpe revelando a las chicas, más histéricas que nunca, y a Lori con una expresión de molestia absoluta. Al divisar aquel panorama, solo pude pensar en una cosa.... Diablos.
– Oh por dios, ¿se encuentran bien? –
– Si Luna, estamos bien, solo algo alterados. –
– ¡¡¡En el nombre de todo lo sagrado en el mundo!!!, ¿¡Qué demonios te pasa?! –
– Hmmm... Lori, lo siento mucho, en verdad, no fue mi momento de mayor lucidez, y... –
– ¡¿Como se te ocurre darle un cuchillo a Lucy?! –
– ... ¿Como?... –
– ¿Serias tan amable de decirme?, ¡¿EN QUE ESTABAS PENSANDO?! –
– ....... Bueno, me encantaría responderte, pero sinceramente no sé de qué estas hablando. –
Lori dio un paso de costado, revelando que detrás de ella, estaba Lucy, y en sus manos traía el cuchillo... mi cuchillo. Navaja de mariposa, tres piezas, dos pernos, acero inoxidable, afilada mínimo dos veces por semana con una piedra de granito... ¿qué puedo decir?, me gusta cuidar mis cosas.
– Lucy, ¿Qué haces con mi cuchillo? –
– ... tú me lo diste... –
– ¿Lo hice?, no lo recuerdo... –
Para cerciorarme que realmente era mío, revise cada aspecto de este, no era por desconfiar de Lucy, pero a estas alturas todo era posible. Las iniciales J.D.A.P, en el costado, confirmaron que efectivamente, era mío. Mi duda ahora era... ¿cuándo se lo di a Lucy?
– ... ¿Realmente no recuerdas nada de anoche?... –
– Anoche fue muy borroso para mí, recuerdo haber estado en mi cuarto sin hacer nada, luego vi una mosca en la pared por alrededor de diez minutos, luego (DATOS BORRADOS) y una vez fuera de casa, caminé por una media hora y... –
Como si me hubiera despertado de un sueño, los recuerdos de aquella noche volvieron a mí, todo lo que sucedió una vez abandone la casa, y lo subsecuente a eso...pase de sentirme decepcionado a triste... no deprimido, solo triste.
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Déjalo morir
RandomDaniel, el dios de la muerte, buscando una compañía amigable, cruzara su camino con un joven peliblanco de un pueblo llamado Royalwoods, tras un encuentro no planeado, nuestro amigo no muerto buscara ayudar a su nuevo amigo y a su familia.