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HISTORIA PUBLICADA POR PRIMERA VEZ EL 30/12/2017
"Música, vestidos y adornos de cristal.
Un muchacho llora porque su amada por casarse está".
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Hacía frío afuera de la cafetería, era el tipo de clima en el que a Elián disfrutaba estar.
Normalmente salía por las noches a caminar por la carretera, que llevaba hacia un pequeño pueblo cerca de Hopeville, simplemente para pensar. Era un hombre analítico al que le gustaba mucho cuestionarse cosas, preguntarse algo sobre la vida que le costara trabajo averiguar o tratar de descifrar el carácter de cualquier persona que conociera.
Y estaba apunto de cometer la peor tontería de toda su vida.
Hacía tiempo atrás que comenzó a sentir cosas por Eider, justo cuando se enteró que ella y Ezra estaban en una relación.
Tenía las razones suficientes para que le gustara; era una muchacha que despertaba simpatías adonde quiera que se presentara y todo el mundo la quería. De hecho raramente Eider se hacía de enemigos.
Era una muchacha que amaba mucho a Dios y no le avergonzaba demostrarlo, probablemente se llevaba burlas en el intento, pero le eran indiferentes todo tipo de comentarios que pudiera cargar sobre su espalda. Simplemente no le importaba.
Además, Eider sabía realmente lo que era la buena música.
¿Qué más podía pedir Elián en el mundo?
Claro, que un ángel bajara del cielo y separara, a como diera lugar, a aquellas almas que estaban apunto de unirse para siempre en tan solo dieciocho horas y media.
Mientras caminaban, Elián pedía por un milagro. Algo que hiciera que Eider cambiara de opinión sobre casarse con Ezra.
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