Capítulo 11

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Miro al señor Lynch de reojo.

Los latidos de mi corazón son acelerados.
Suspiro mientras vuelvo a mirar hacia el exterior mientras él maneja.

La ropa que traigo puesta no es en definitiva la apropiada para el lugar donde estamos, no me sorprende que conduzca por un barrio privado.

Mi corazón palpita con fuerza al sentir su mano posarse en mi pierna.

Lo miro arqueando una ceja, una sonrisa picarona se asoma en su rostro al notar que lo estoy observando. Joder, que idiota.

Detiene el auto en el estacionamiento de un elegante restaurante.

-Espero que le guste salir de la rutina causal y comer algo mucho más sofisticado.

Coge mi mano bajo sus brazos estirados y camina junto a mi hasta la entrada.

-Espero que al menos sea comida y no césped- Suelta una carcajada.

-Yo me encargaré de que no sea así.

Un hombre con algo de edad, cabello bañado en blanco nos abre la puerta de cristal con una amplia sonrisa y observa a Ross.

-Señor Lynch, hace tiempo que no se le veía por estos lados, su mesa esta lista.

Lo miro de reojo. ¿Él ya tenía planeado venir?

El señor Lynch pone una mano en mi cintura, arqueo un poco mi espalda al sentirlo tocarme.

Suelta una pequeña risa y continúa caminando a mi lado. Se acerca a mi oído y susurra ronco:

-No muerdo.
Muerdo mi labio inferior.

Nos sentamos en una mesa aislada al resto, me siento avergonzada de venir a un lugar como este con la ropa que traigo, todo es tan elegante, y yo solo llevo puesto unos viejos jeans, convers, y una remera que uso solo para limpiar.

-¿Qué sucede?

-Nada, nada.

-No sabes mentir- Responde desinteresado mientras bebe un sorbo de agua.

Trago saliva.

-Creo que este lugar no es para un persona que viste así, solo mírame.

-Eso hago- Murmura clavando sus ojos en mi busto. Mis mejillas arden- Es hermosa señorita Stone, vista como vista.

Mis mejillas arden, me confunde tanto cuando dice ese tipo de cosas.

-Aquí está el menú señor Lynch- Dice un hombre ofreciendo dos carpetas.

-Yo pediré lo de siempre- Ruedo mis ojos.

Miro los platillos, todos se ven muy deliciosos pero ninguno cuesta menos de 40 dólares y no pienso dejar que él gaste eso en mi.

-Solo quiero un café por favor.

Digo consciente de que es lo más barato de este lujoso restaurante.

-¿Estas jodiendome?...¿Nada te gusta?- Dice arqueando una ceja.

-No es eso, es que no pienso dejar que gastes tanto dinero en mi, todo es demasiado costoso.

Suelta una pequeña risa. Suspira profundamente.

-_____ no te preocupes por eso, es lo de menos.

Muerdo mi labio inferior. Escucho como él carraspea su garganta mientras mira hacia otro lado, se que lo ha hecho apropósito, pero yo no, siempre muerdo mi labio inferior cuando me concentro y él deberá acostumbrarse.

-Esta bien, quiero el platillo número 12 y un jugo natural de fresas.

-Muy bien, su orden llegará en cualquier momento- Dice retirándose con una sonrisa.

-No entiendo porqué primero se comporta tan cortante conmigo y luego me invita a comer, ¿Por qué quiere confundirme?

-Porque me hace sentir más completo, te miro y pienso en lo interesante que es hacerte enfadar.

-¿Interesante es hacerme enfadar?

-Usted es interesante señorita Stone- Dice con voz seria y ronca como la mayoría de las veces.

-¿Por qué?

-Curiosa, ¿quiere saber por qué?- Asiento- Porqué cuando piensa en algo puedo sentirlo, cuando siente algo yo también lo siento, siento que cada cosa que usted haga nos conecta de una forma u otra, tiene una forma muy peculiar de concentrarse y eso me enloquece, y es por eso que siempre quiero más, porqué si mis ojos captan algo yo no lo dejo ir, para que continúen apreciando.

Trago saliva.

-¿Y eso que significa?

-Qué no te dejaré ir hasta que mi cuerpo quede satisfecho.

-¿Y su cuerpo que está pidiéndole?

Sonríe.

-Eso es lo interesante- Siento su mano masajear mi pierna por debajo de la mesa.

¿Se trata de sexo? Ya lo hicimos, ¿Qué más quiere?

-No puedo ofrecer nada más de lo que ya di.

Muerde su labio inferior, su profunda mirada penetra con la mía haciendo que una corriente recorra mi espina dorsal.

-Va mucho más allá de eso, señorita Stone, pero no puedo demostrárselo tan fácilmente, ni mucho menos la obligare a hacer cosas que no quiere, aunque dudo que se niegue.

-Demuéstremelo.

Suspira profundamente.

-No es tan simple como cree.

-Para mi si- Sonríe mientras vuelve a morder su labio inferior.

-¿Está segura?

-No puedo estarlo si no me lo demuestra de otra forma, lo que está haciendo es confundirme.

-Está bien, pero necesitará energías así que prefiero que antes almuerce, las necesitará.

Muerdo mi labio inferior sin ningún descaro, consciente de las consecuencias que eso me puede traer. Rozo mi pierna con la suya.

-Acepto.

-No se arrepentirá, Señorita Stone.

+++

😱😱😱

PD: Gracias por los votos en el último capítulo ❤️.

Sr. Lynch | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora