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La soledad de mi habitación es genial pero no cuando estoy enojada pues mis pensamientos no dejan de trabajar. Hunter pasa por mi cabeza, Noah pasa por mi cabeza, la universidad pasa por mi cabeza y también mis padres. Como todo adolescente tengo problemas y unos más ridículamente estúpidos que otros.
—¿Puedo pasar?— La ronca voz de Noah interrumpe mis pensamientos y a la vez hace presencia en mi habitación. Me observa desde el marco de la puerta y noto como su cabello ahora está atado en un moño alto.
Sin rodeos asiento. No tarda ni un segundo cuando su grande cuerpo entra y con sus ojos mieles observa todo a su alrededor con nostalgia, como si hubiera sido ayer cuando entraba como loco a molestarme, a robarme dinero ó simplemente a interrumpir mi espacio personal.
—Te traje té de manzanilla, tu favorito— Sonríe tímidamente y me percato de que en sus manos sostiene una taza de té. La deja en mi escritorio yo lo observo, callada.
—Quiero hablar contigo— Suspira y toma asiento en la orilla de mi cama. —Quiero pedirte una disculpa por mi comportamiento, se que no tengo derecho de hacerlo, estuvo mal y no se volverá a repetir— Mira el suelo. —No quiero problemas contigo, eres mi hermanita y obvio fue una sorpresa todo esto pero no me interpondré... Perdóname Lenny.
Con sus palabras en mi cabeza, me incorporo de la cama y tomo asiento a su lado. Él alza la mirada con pena y un poco de esperanza al ver mi reacción de calidez.
—Está bien, te perdono. Lo qué pasa es que me molesto que te pusieras en ese plan, yo tampoco quiero problemas contigo.
—¿Lo quieres?— Su pregunta me sorprende, pero al mirar sus ojos interrogativos, asiento.
—Me estoy enamorando de él— Río nerviosa. —Así que creo que quererlo es muy poco— Termino de hablar, me doy apoyo a mí misma y finalmente me siento orgullosa de decirlo. —Lo amo.
Noah me sonríe suavemente. Muerde su labio inferior.
—Es muy guapo...— Dice y frunce los labios. Después levanta los hombros —Su auto también me gusta...
Terminamos riéndonos. Hunter es increíblemente guapo.
—Lo sé— Concuerdo con él.
—Pero quiero que sepas que si te lastima, se las verá conmigo y mi puño— Me muestra sus bíceps, ruedo los ojos con gracia. —Deberías de invitarlo un día, lo quiero conocer.
—Lo haré.
—Tenemos que hablar de muchas cosas. Ya sabes, mi nueva vida en México, mis hermanos, me tienes que mantener al tanto y bueno también de nuestros padres.
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American Football
Teen FictionCOMPLETADA Jamás, nunca en tu vida, ni por maldito error se te ocurra mandarle pack a un extraño por Omegle porque en una de esas terminará siendo el capitán de fútbol de la escuela, por supuesto el chico más sexy de todo Denver y finalmente utiliz...