Orestes Villahermoso

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CAPÍTULO 1.

Esta es otra historia aparte, muy diferente a la de Valeria, pero igual que la involucra hasta más no poder, Orestes es: el hijo perfecto, el empleado perfecto, el novio perfecto, el hermano perfecto, el amigo perfecto, básicamente es un ser humano excepcional, fuera de este mundo dirían otros. Pero detrás de eso se esconde alguien normal, que comete errores como cualquier ser humano, cosa que su madre, Afrodita Mercuri no ve.

Otro dato que deben saber de nuestro guapo protagonista es que es adicto a los deportes, atletismo es su favorito, por eso cada mañana sale a correr al jardín, de hecho corre con sus perros, solo que el lo hace de una forma fuera de lo convencional, manda a sus perros a que lo persigan para así sacar mejor provecho.

Era una mañana de lo más ordinaria, Orestes se había levantado, desayunado y se estaba cambiando en su ropa deportiva para salir a correr, fué al jardín y le pidió a Beningno que por favor soltara a los perros, él lo hizo e inmediatamente Orestes comenzó a correr, al momento de la tercera vuelta vio a una chica observando las flores, de lejos le empezó a gritar ¡SALTA, SALTA!, ella sin saber que hacer se quedó inmóvil, pero él sin dejar de correr tenía que pensar rápido para poder salvarla de los perros, y fue ahí cuando la vio, la piscina, perfecto porque los perros no podían nadar, aceleró el paso y cuando ella estaba al borde la piscina se le lanzó encima y ambos cayeron al agua, el único problema es que Valeria no sabía nadar y se aferraba al cuerpo de Orestes, él cuando ambos salieron a flote comenzó a reír desaforadamente, ella lo miraba con disgusto y cuando se fué a parar para irse se resbaló con el agua, pero en vez de caer en la piscina cayó en el cuerpo de él.

-Orestes! oh mi Dios, estás bien? <dijo mientras miraba su rostro con preocupación>

él la miró y llevó una de sus manos a la mejilla de Valeria

-Gordita, no puedo respirar 

-Oh si, si, claro, disculpa 

Valeria movió su cuerpo, pero justo cuando se levantó, Oreste la agarró de las muñecas y le pegó la espalda contra el césped, ahora era él quien estaba encima de ella.

-¿Quién eres tú gordita?, ¿cómo sabes mi nombre?

-Me ofende que no me reconozcas

Orestes se acercó a la cara de Valeria, eran centímetros muy escasos, el corazón de ella empezó a palpitar muy fuerte, hasta que él dijo

-Valeria, mierda, eres tu!, disculpa que no te reconocí con tanto...

ella lo cortó en seco

-¿Grasa?

-De hecho iba a decir uniforme

-Ah...

-Y esos lentes prima, y ese peinado, son peculiares pero

Ella lo volvió a cortar

-Son feos ¿verdad?

-Puedes por favor dejar de hacer eso

-Qué cosa?

-Cortarme la palabra

-Ay, pero que odioso te has vuelto, en fin que ibas a decir

-Que estas bella, mi gorda, de hecho eres mi gorda bella

Acto seguido Orestes beso la mejilla de Valeria, e instantáneamente ella se sonrojó

-Orestes, te puedes quitar?

Esas fueron las palabras que a Valeria más le costó pronunciar en su vida, porque desde pequeña ella había soñado con un momento así, tan íntimo, tan de ellos, pero es que como no hacerlo, no hay persona en este mundo que ame a Orestes como ella lo ama a él.

Una voz femenina se hizo oír y estaba furiosa

-Orestes, quítate inmediatamente de encima de la gorda asquerosa esa

Esta era Afrodita que se encontraba parada y con los brazos cruzados observando la situación. Valeria rápidamente se paró y corrió tropezando a la mujer que le dijo

-Mira por donde miras estúpida gorda

Subió rápido las escaleras y se tiró en la cama a llorar. 

Mi Gorda BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora