Aquella mañana era fresca, con la suave brisa salada que traía el mar y la luz de un sol que aún no terminaba de asomarse. En una de las muchas rocas del acantilado frente al océano, en uno de los muchos nidos de pájaros costeros, había una gran agitación.
Estaban naciendo dos polluelos.
Ambos blancos con retazos grises. Ambos llorando por comida.
La única diferencia era que uno , el que había salido primero del cascarón, era considerablemente más grande que el otro.
La madre los alimentos y mira al más pequeño. Sabe cuál es su destino.
Meses y meses pasan y los dos polluelos siguen creciendo y comiendo, siempre con aquella diferencia entre el mayor y el menor.
Los demás los ven con indiferencia. ¿Saben lo que va a pasar?
Llega el día, los dos se colocan uno frente al otro. El instinto los llama, una tradición de millones de generaciones. Pelearán. Más bien, el mayor matará al más pequeño.
Prevalecer la especie. Los genes fuertes se quedan.
El pequeño lucha por su vida, poniendo la fuerza que no tiene. Siente las garras de su hermano en su cuello y chilla llamando a aquella que fue su madre y que ahora indiferente mira la escena.
Sintiendo como se apaga a cada segundo que pasa. No va a salvarse.
El mayor ataca por última vez. Más fuerte. Su hermano ahora yace muerto entre sus alas.
Triunfante regresa a su nido y pide comida a su madre. Esta le da todo lo que tiene, ¿Esta orgullosa?
Años más tarde aquel vencedor encuentra una vencedora y ambos observarán con indiferencia a sus polluelos luchar.
El menor morirá.
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Historias Cortas Con Finales Tristes.
Short StorySolo historias... historias que como nosotros, pueden tener finales rotos...