Irme del mundo

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Susan era una adolescente de 14 años, vivía con sus padres y sus dos hermanos. Ken, el pequeño de 8 años, y John de 11.

Vivían en la ciudad de Mercedes, Soriano.

Susan era una chica sencilla y muy simpática, se le veía siempre alegre. Pero no por verla así, significaba que siempre estaba feliz. Pasaba muchas noches deprimida y llorando.

La relación con sus padres era muy difícil y agotadora, no había un día en el que no discutieran. Sus hermanos eran niños que sólo oían y miraban todo aquello, nunca entendían nada de lo que pasaba. Sus padres, Frank y Marry, eran personas muy estrictas y pedían mas de lo que Susan podía.

¿No has ido? - preguntó Marry, con gran furor.

No he ido porque no llegaba a tiempo, ¡ya te lo expliqué! - Insistió Susan

¡No importa!, sabes perfectamente que pago cada centavo de esas clase, y no para que te tomes el lujo de no ir. - Le gritó su madre.

Ya estaba cansada de que su madre le gritara, y nunca la escuchara. Susan tomó sus cuadernos y disimuladamente se retiró a su habitación. Su padre aún no había llegado de trabajar, pero ella estaba segura de que en cuanto se enterara que no había ido a las clases particulares de Inglés, le vendría un buen reto. Tomó su celular y llamó a Adam, su novio.

-¡Adam!

-Hola Su, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me llamas con tanto desespero? - Preguntó él

-Falté a clases de Inglés y ya tuve que oír los gritos de mi madre, pero aún no ha llegado mi padre.

Adam conocía claramente a los padres de su novia, sabía como eran. Él tampoco les caía muy bien. Ya había escuchado hablar a Susan sobre unos cuantos problemas con ellos, lo mas raro era que con sus hermanos no eran así. Susan, era la que según ellos: “Nunca hacía nada bien”. Si las notas de Susan eran menos de 9, no sale por un mes ni tampoco la dejan usar su computadora. Pasaba todos los días encerrada en su habitación, terminando miles y miles de tareas. No tenía casi amigos, había conocido a Adam el año pasado, y poco a poco terminaron de novios, él era como...”Su mejor y único amigo”.

-¡¿Y por qué faltaste?! - Preguntó Adam.

-Estaba lloviendo, tenía hambre, mi ropa estaba empapada y salí mas tarde del liceo. Así que no me dio el tiempo, y volví a casa.- Respondió Susan mientras sus manos frías y asustadas sostenían su celular.

Al terminar la conversación, Susan tendió su cama, y luego terminó sus últimas tareas del día. Debía descansar porque la esperaba un día con una rutina muy larga, pero tampoco muy diferente. Cuidar a sus hermanos por la mañana, ir al liceo por el medio día, y hacer deberes por la noche. Llegaba exhausta, nunca tenía un tiempo para leer, escuchar música, hablar con Adam, o escribir en un libro dónde aveces se desahogaba.

Pero...cuando terminó de hacer sus deberes, la puerta de su habitación se abrió. Frank entró con apuro.

-¡Idiota! ¿Piensas que puedes hacer lo que se te cante? Estás muy equivocada, niña malagradecida. Eres una irresponsable – le dijo su padre

-No grites, por favor, lo único que quiero es que Ken y Jhon no escuchen este escándalo.

-Escándalo eres tú, tu eres una piedra en nuestras vidas, ¿A caso no te das cuenta de eso?

Le golpeó con gran furia, se notaba claramente lo doloroso que se le hacía a Susan.

Frank se retiró golpeando bruscamente la puerta de la habitación. Susan estaba llorando a mares, no paraba de preguntarse si de verdad era una piedra en la vida de sus padres.

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⏰ Última actualización: May 26, 2014 ⏰

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