Sweetie (inacabada)

Hola

¿Todavía hay alguien por aquí? A todos los lectores que seguían esta historia, creo que les debo una disculpa.

Siento mucho haber dejado de escribir la historia tan de repente y sin avisar. Esta historia fue muy especial para mí. Cuando la empecé a escribir tenía grandes expectativas y muchísima ilusión.

También quiero dar las gracias a Mar, de las sebastianas, que a pesar de lo horrible que era esta historia me ayudó y la publicó en su blog. Sé que sin esa ayuda jamás hubiese llegado a las 18k leídas.

También agradezco a toda esa gente que leyó, votó, comentó y, sobretodo, compartió. Que hizo que esta historia poco a poco creciera, y me regaló una sonrisa más de una vez. A mis amigos que, por cosas de la vida, ya no están a mi lado. Pero que aún les guardo cariño, y sé cuánto me apoyaron en esto sin pedir nada a cambio.

Desafortunadamente, siento decir que esta historia no va a llegar a su fin. Muchas cosas han cambiado en mi vida, y me temo que Dani y Gabri deben quedarse atrás, como un bonito recuerdo de lo que fueron.

Pero aunque ya no quiera contar esta historia, aún hay muchas más que rondan mi cabeza. Actualmente estoy trabajando en una que es parte de mi vida, parte de mí. Es un proyecto ambicioso, teniendo en cuenta que jamás he terminado ninguna de mis historias, pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo por conseguirlo.

Es una historia diferente. Gay, pero no yaoi. Sobre el amor, pero no solo el romántico. Podría decirse que es una historia madura, al menos más madura que esta. Toca temas como las enfermedades mentales (depresión, ansiedad), las relaciones de familia, la moralidad, los sueños, los abusos y el suicidio. Por lo tanto, sé que no es una historia para todo el mundo, y nadie está obligado a leerla.

Pero si algo os puedo pedir, es que esas 18k personas que disfrutasteis de esta historia, le dieseis una oportunidad a este nuevo proyecto. Que lo apoyés, ya sea con votos, comentarios, compartiéndolo con otros lectores o simplemente disfrutando de leer todo lo que os tengo que contar.

Y si lo hacéis, si le dais una oportunidad a ese pequeño proyecto lleno de grandes ideas e ilusiones, puedo decir sin problemas que seré la persona más feliz del mundo.

La historia se encuentra en mi otra cuenta: _valta_

Y para acabar, solo me falta dar las gracias. Por estar ahí y creer en una niña de trece años que solo tenía muchas historias que contar.

Un beso, y nos vemos pronto.