¿Mereció la pena?

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Y pensar que me pasaba los días sentado en aquellas frías escaleras de madera…
Era invierno y aquella pista de patinaje a la que siempre acudía, estaba completamente cubierta de una muy espesa capa de nieve que no dejaba ver el suelo.
Me tiraba todo el tiempo observando como caían esos hermosos copos helados con la mirada baja…
Solo veía a la gente pasar con sus esquis mientras el Sol se iba apagando y las luces de la cabaña en la que yo me encontraba comenzaban a encenderse alumbrando la noche.
Algunas personas me miraban, otras ni si quiera se molestaban en hacerlo… Estaba solo bajo aquel manto de estrellas, con una lagrima por ojo.
No recuerdo nada de mi pasado... ¿Qué hice para que el destino me torturase de esta manera? con un sentimiento de culpa constante y una desesperación absoluta… Dime destino, ¿Qué fue lo que hice mal para merecerme esto?...
Pensándolo bien, hay una cosa de la que, sí que me acuerdo, me llamo Marcos…pero ya a nadie le importa.
Todos se veían felices, pero…había una en concreto que lo parecía aún más. Todos los días mirabas hacia las escaleras en las que yo estaba sentado mientras me dedicabas una dulce sonrisa de dientes perfectos. No sé qué se pasaba por mi mente en ese momento, pero desde luego me hacía sentir Diferente.
Todas las noches tenía para las estrellas el mismo sueño…
Recuerdo con lágrimas en el corazón, una noche lluviosa en la misma pista de esquí en la que me pasaba los días casi enteros… 
Te acercaste como si nada y te sentaste a mi lado.
Lo que más me sorprendió fue la manera en la que iniciaste la conversación diciendo: ¿No crees que hace una noche perfecta para mirar el firmamento? -. Yo te miré diferente que al resto de la gente, desprendías justo aquello que a mí me hacía falta…alegría… Tal vez no tuvieras una vida muy agradable, y aunque de ella me contaste muy poco…si tuviera que definirte con una sola palabra en el mundo sería “positiva”. No te importaba si llovía o si nevaba, a todo le conseguías sacar una parte buena.
Adoro tu sonrisa, la manera en la que me miras, tu forma de ser, la forma en la que vistes con vaqueros y sudaderas anchas de una talla más grande de la que deberías llevar, el movimiento de tus hermosas piernas al caminar, creo que gracias a ti descubrí lo que significa la palabra “amor”, eso que por mi parte desconocía totalmente. Por más que me decías: - ¿Qué crees que tengo de malo? -.yo no conseguía darte una respuesta, eras perfecta…
Llenaste mi corazón como si nada y por eso te amé, aunque, no sé si lo sigo haciendo…
Te odio, odio aquel día 20 de septiembre de hará por lo menos 3 años. Me robaste el alma, esa de la que fuiste imprescindible, y lo sigues siendo.
Dime Sophie, ¿Por qué lo hiciste?  ¿Por qué me empujaste?
Te odio, no entiendo qué necesidad tenías de salvar a alguien tan insignificante como yo. Mi vida no vale la pena, pero, la tuya valía infinitamente más que la mía…
Odio que el día en el que te dije “te quiero” por primera vez, fuera la última vez en que mis labios pronunciarían esas palabras.

Aquel coche se llevó consigo mi corazón de un solo golpe en el costado arrasándolo… Me empujaste y te pusiste en la trayectoria del coche infernal, condenándome a vivir sin ti…

¡Oh! Sophie, preferí morir por ti a vivir sin ti…
¿Qué es vivir si no tienes a nadie que llene tus vacíos? ¿Qué es amor, si no tienes corazón? ¿Qué es respirar si no tienes a nadie que te robe el aliento? ¿De qué vale tener piernas, si estas no me sirven para caminar a tu lado?
Prefiero, no haber descubierto el significado del amor mas no haberte conocido, sería mejor.
Prefiero no haber visto nunca esos preciosos ojos verdes de cuya belleza me es imposible olvidar.
Prefiero nunca sentirme querido a ver morir a mi amada ante mis ojos.

No solo me robaste el corazón y huiste con él en sentido opuesto.
Tú en el cielo disfrutando de las vistas y yo aquí, en esta azotea, mirando a las estrellas, esas que antes me veían llorar gotas de lluvia y hoy ven manantiales brotando de mis ojos…

Miro al cielo, buscando encontrar respuesta a todas mis preguntas.
Observo el firmamento, esperando encontrarte en la cuna de la Luna.
Levanto la mirada deseando ver a la estrella fugaz que cumpla el  deseo que tanto anhelo, estar a tu lado por siempre. Pero no creo en los milagros, la magia solo existe en los cuentos de hadas…

Igual que no recuerdo mi pasado, los que supuestamente me conocían, ya parecen haber hecho lo mismo conmigo…olvidarme. Nadie viene a ayudarme a salir de este pozo de lágrimas en el que mi corazón y yo estamos encerrados.
Creo que olvidé como se nadaba y ahora me ahogo lentamente en este foso sin fondo ni salida.
En este momento me dispongo a olvidarte, olvidarlo todo y no volver a recordar nunca nada más.

Diste tu vida para salvar la mía ¿lo hiciste por amor o de verdad me odias? ¿Querías verme sufrir hasta morir de pena? Si es cierto que moriste por amor… ¿por qué no hago yo lo mismo?

Aquí a nadie le hago falta, pero, si lo piensas bien… No sería suicidio, ¿no? Si morir por amor es suicidio, entonces…dime ¿Qué es lo que tengo que hacer? No estoy dispuesto a sufrir ni un segundo más y, mucho menos por ti.
Si con un solo paso más soy capaz de estar infinitamente más cerca de ti, lo haré.
Si un único paso consigue volver a unir nuestras manos para que nunca vuelvan a estar vacías, lo haré.
Adiós mundo, quiero que sepas que te odio.
Firmado: Marcos.                                                        » fin«

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2018 ⏰

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