Despertar

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El camino a Sunagakure fue más silencioso que el anterior, los hermanos mayores seguían sin confiar en Karin, mientras que ella se encontraba absorta en sus pensamientos sin reparar en los demás, más que en Takara. Ni siquiera Gaara quiso dirigirle la palabra al notarla completamente tensa y en su propio mundo, así que decidió que por el camino le daría su espacio.

Tras pasar los tres días, finalmente llegaron a la aldea, en donde, gracias a las órdenes dadas por Gaara, Takara fue finalmente ingresada al hospital, alejándola por completo del peligro que corría gracias a los experimentos de Orochimaru. A pesar de que Karin se encontraba en total desacuerdo, se olvidó por completo de sus deseos de abandonar la aldea y velo primero por la salud de Takara, así que sin dejarles opción a los médicos que estabilizaron a la menor, permaneció junto a ella sin moverse un solo segundo, pues no dejaría que se la llevaran de nuevo.

Gaara se encontraba observando fuera de la habitación en silencio, no comprendía nada de lo que sucedía alrededor de Karin, todo en ella le resultaba interesante, misterioso y atrayente, como si ella no fuera la persona que sus hermanos habían escuchado en aquellos relatos de terror que los adultos les contaban.

Sentía como si ambos fueran uno mismo.

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Con el pasar de los días, Takara continuaba internada sin dar señales de despertar pronto, mientras que Karin permanecía a su lado sin la posibilidad de dormir y sin querer comer más que las cosas que le llevaba Gaara en sus constantes visitas, pues se rehusaba a moverse de ahí para proteger a Takara.

En aquellas visitas, además de llevarle de comer y verificar cómo se encontraban ambas, Gaara utilizaba aquel tiempo para poder hablar con Karin e intentar comprender su situación, algo que nadie lo había intentado antes. Y que, desde su punto de vista, le resultaba realmente extraño e irreal, pensaba que era consecuencia de llevar días sin la posibilidad de dormir.

Ya que Karin se negaba a cooperar para responder lo que Gaara preguntaba, la mayoría del tiempo aquella habitación se encontraba sumida en el silencio. Cansada de la constante intromisión a su vida, finalmente terminó por responder una de aquellas incesantes preguntas, una que le resultó un tanto inusual.

—Mis hermanos dicen que hay pergaminos que cuentan tu leyenda, el cómo nadie sabía quién eras y repentinamente apareciste con tu guadaña dejando un mar de sangre a tu paso —ella no estaba familiarizada con aquellos pergaminos, pues se le había inculcado no dejar testigos, pero por alguna razón su ser más oscuro se encontraba impregnado en pergaminos de los que ni ella tenía conocimiento. Intrigada por sus palabras, dejó que continuara, quería saber a dónde iba aquel relato.— Pero, quiero olvidar todo eso y preguntarte a ti.— ¿Quién eres en realidad, Karin?

Como muchas veces, la habitación se sumió en silencio tras que el próximo Kazekage terminara de hablar. Esta vez, Gaara pensó que jamás obtendría alguna respuesta de su parte, sin embargo, algo dentro de él lo incitaba a continuar. Le parecía extraño todo lo que la rodeaba, y a sí mismo le atraía desde el día en que ella le pidió que se alejara.

Fue paciente esta vez, y si no obtenía respuesta, dejaría su curiosidad para siempre.

Karin tras meditarlo unos minutos, decidió que respondería una única vez.— Todos dicen que soy un contenedor, cuyo propósito es solo servir como una marioneta.

Extrañado con la respuesta, sin previo aviso a su mente, llegaron todos los recuerdos de sus anteriores años: todo el sufrimiento, el rechazo, el dolor, el odio, todo lo que pensó alguna vez de él, creyendo en las palabras de los demás, todo eso ante de conocer a quién sería su salvación. Naruto, a pesar de no habérselo pedido, le ayudó a abrir los ojos.

ashes with blood. ⧽ 𝗴𝗮𝗮𝗿𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora