Stay forever with me

One-shot

Título: Stay forever with me.
Fandom: Kagerou Project.
Pareja: KidoKano
Tipo de fic: Hetero.
Género de fic: Hurt/Comfort
Clasificación: Apto para todo público.
Advertencias: Ninguna.
Diclaimer: los personajes y/o la trama  son propiedad de Jin, mi parte solo fue crear un final nada oficial de la historia.

Palabras: Oficina — canción— panqué— bicicleta — bostezo.

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La tragedia en la que quedaron atrapados por años había llegado a su fin, se necesito del sacrificio de todos para finalmente acabar con ese bucle. Desde entonces habían pasado nueve años, cada uno tenía una vida tranquila con el recuerdo superficial de esos días.
Que irracional se veía todo ahora, pero ocurrió, un día de verano donde sus vidas corrían peligro y la ruta comenzaría otra vez, aquel día...

—Cada vez que lo pienso, lo siento más lejano— murmuró Tsubomi enrollando un mechón de su inusual cabello verde en su dedo anular derecho, permitió que el aire se escapara por entre sus labios para luego retener un tramo más.

La oficina construida por cemento era más fría de lo que esperaba, estando en pleno otoño, Tsubomi necesitaba mínimamente el calor artificial que le otorgaba el aire acondicionado, aunque claro, prefería estar en su casa acurrucada en la cama mirando un trivial programa que la haría caer rendida a los brazos de Morfeo.

Mas no podía, estaba esperando a su jefe. Si hubiese buscado otro empleo, posiblemente no estaría con el temperamento tan vulnerable, pero no, se debía a la decisión tomada por ella de ser «agente secreto»  gracias a la ocurrencia de Shūya. No se arrepentía, le agradaba en lo absoluto su trabajo.

La puerta se abrió y un hombre uniformado entro, el aire se tenso de un segundo al otro, los nervios se propusieron a jugarle una mala pasada sin embargo ya estaba acostumbrada a la intimidante presencia, por eso logró mantener una expresión que no revelaba nada. Espero paciente que el agente de inteligencia se ubicara detrás del escritorio y le tendió una carpeta, la información que guardaba era bastante delicada como para intercambiarla en voz alta. El superior se dispuso a revisar los papeles para sersiorarse del contenido.

Kido se inclinó ligeramente hacia atrás con la silla y dirigió su vista al techo, ¿Hace cuánto que no los veía? Podía jurar que lo percibía como una eternidad, los extrañaba, anhelaba esos tiempos donde la única preocupación era el denso verano.
Pero por supuesto, no era el momento adecuado.

Su empleo consumía la mayor parte de su tiempo, debía tener una vida detrás de una identidad falsa.
La adrenalina que experimentaba era la razón por la que se quedaba, sentía una gran responsabilidad al guardar temas que le correspondían al estado; Japón se sentía amenazado por Corea del Norte y las constantes pruebas nucleares del mismo, por lo que su país había decidido reforzar la seguridad en caso de ser bombardeo por misiles. Es entonces que ella y sus compañeros fueron llamados para recoger información de los países «enemigos».

—Esta bien—contestó finalmente y guardo los papeles dentro de la carpeta—. Se te hará llegar el dinero en una semana, no más.

Asintió levantándose del asiento, le ofreció una reverencia y se marchó de la oficina, sonrió enérgicamente, con pasos definidos y poco sutiles atravesó los pasillos, saludo a la secretaria que estaba detrás de su escritorio en la entrada y paso por el umbral.
El clima cálido de adentro cambio terriblemente por uno templado, más fresco de lo que recordaba.