One Shots ft. F1 Driver's ²

𝙷𝙴 𝙳𝙾𝙴𝚂𝙽'𝚃 𝙰𝙻𝚆𝙰𝚈𝚂 𝙷𝙰𝚃𝙴 𝙲𝙾𝙼𝙸𝙽𝙶 𝚂𝙴𝙲𝙾𝙽𝙳

(𝟒/𝟒)

Me di la vuelta y me quedé mirando el techo. Los dos seguíamos respirando con dificultad.

—Entonces —empecé—, si eso es lo que pasa cuando soy una buena chica, ¿qué pasa si soy mala? —pregunté tímidamente.

Sin una pizca de broma en su voz, Max respondió: "¿Qué quieres que pase? ¿Quieres que te castiguen?"

En silencio, lo pensé...

Pero Max rápidamente agregó: "No tengo ningún interés en hacerte daño. Eso no es lo que me interesa".

Considero esta afirmación en silencio por unos momentos y luego planteo la pregunta: "¿Qué es lo que te interesa entonces?"

"Ver tu placer y saber que soy yo el responsable de él y el que tiene el control".

Joder, Dios mío. La necesidad de complacer... eso tiene problemas paternales por todas partes, pensé para mí, y luego me sentí avergonzada por mi pensamiento crítico. Jos era un padre de mierda y, honestamente, fue un milagro que Max resultara tan normal como lo había sido a pesar del abuso emocional que sufrió. La necesidad de complacer era una respuesta mucho más saludable que la necesidad de maltratar a cambio. Si lo peor que podía salir de la forma en que su horrible padre lo trataba era la necesidad de complacer a las mujeres...

"¿Y a ti qué te hace sentir eso?", le oigo preguntar y me doy cuenta de que he estado en silencio durante mucho tiempo.

"¿Yo?", me río, tratando de ganar tiempo y pensar en una respuesta ingeniosa y sexy. Pero la realidad es que no lo sabía.

Me levanté de la cama, me envolví en la sábana y caminé hacia la cómoda donde todavía estaba mi copa de vino. Bebí un sorbo y me apoyé en la cómoda mientras observaba a Max apoyarse en los codos para mirarme.

"¿Puedo volver a hablar contigo sobre eso?", pregunté, tratando de sonar bromista y alegre, pero miré hacia mi vaso.

—Bueno, claramente te gustó cuando te dije que eras una buena chica. Y no tuviste miedo de decirme lo que querías —dijo mientras se sentaba y se dirigía al borde de la cama para mirarme de frente.

Levanto la cabeza de golpe y lo miro fijamente.

"Sí, lo era."

"¿A qué parte?" preguntó.

—Ambas —respondí, bajando la mirada de nuevo—. Me gustó cuando dijiste que era una buena chica. No quería que pararas. Pero normalmente no me resulta fácil decir lo que necesito. De hecho, me pone muy ansiosa —hice una pausa y luego añadí—. Pero supongo que realmente me gusta que me digan qué hacer. Tal vez fue porque me dijiste que necesitaba correrme para ti... así que para complacerte, tenía que decir algo.

En cuanto terminé de hablar, quise retractarme de todo lo dicho. Había dicho demasiado. Mi corazón empezó a latir con fuerza por la ansiedad y mis ojos recorrieron la habitación mientras intentaba pensar en algo alegre y poco serio que decir.

"Y lo de la mano en mi garganta" me reí "Eso fue muy caliente".

Max se puso de pie y caminó hacia mí con expresión seria, todavía desnudo pero claramente sin timidez. Levantó mi rostro para que pudiera mirarlo y susurró "Me gustó" antes de besarme. Devolviéndole el beso con un deseo hambriento, mis manos se movieron hacia su rostro y luego alrededor de su cuello, dejando caer la sábana. Mientras su boca se concentraba en mi labio inferior, lamiendo suavemente y luego mordiendo, su mano se movió de mi rostro a mi garganta. Me dio un ligero apretón y un escalofrío de placer recorrió mi columna vertebral.

Pasó las manos por mi cuerpo y me agarró el trasero con ambas manos. Un momento después, me levantó y lo rodeé con mis piernas. Separó sus labios de los míos y me miró con un brillo juguetón en los ojos.

"Pero para que lo sepas... Piernas rectas, abiertas o envueltas alrededor de mi cara, no importa cuánto tiempo lleve. Te correrás para mí".

Sí, señor.