Quédate.

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Amarillo, negro o azul... Esos eran los colores que estaban en la mente de Harry aquella tarde de enero, no tenía ni la más remota idea de que color vestir para la alfombra roja.

Estaba invitado para la alfombra roja de los Golden globes ya que Nolan, director de la película que actuó le había pedido de favor si asistía con él, Harry por su puesto no se negó pero aquella tarde se sentía igual de abrumado que siempre al salir expuesto al ojo público, de igual manera este era su trabajo y lo amaba.

Tenía en mente dos cosas, la primera es que tenía que llamarme a Nolan a las cuatro de la tarde confirmándole su asistencia y la segunda era saber que vestir ese día, generalmente tenía una idea de cómo quería verse pero hoy no le trabajaba esa parte de su sistema al parecer.

Viendo su gigante closet donde habitaban varias prendas de colores preciosos, se dispuso a cerrarlo y mirar a la cama donde se encontraba su novio Louis con el móvil como era de esperarse, Harry podía jurar que se encontraba viendo vídeos o algo parecido y como si de hechizo se tratara el dedico una mirada y Louis instantáneamente le dedicó una casi al momento.

—¿No sabes que llevar Harry?.

Este negó, recargado en su clóset con los brazos cruzados mientras lo miraba.

—No, hace tiempo no voy a alfombras y tampoco solo...

Louis se rió desde la cama y se levantó con paso cantarin hacia Harry donde se apoyó en los hombros del mayor y bajo a acariciarle el pecho.

—Lleva lo que sea.—Se encogió de hombros.— Te preocupas mucho por eso.

Harry sonrió al sentir el tacto de Louis, como siempre le dedico una sonrisa que contagio a Louis al momento.

—Ayúdame, tú tienes buen gusto.

Louis negó risueño.

—No soy de tu estilo, pero vamos a ver que tenemos aquí.—dijo Louis pensativo mientras había el closet y colocaba las manos en sus caderas.



...

Después de risas ocasionales y besos fugaces, Louis le escogió un traje negro casual a Harry, con una camiseta color perla de bajo y unas brillantes botas color dorado que Harry sonrió al ver como Louis sacaba el par desde lo más profundo del closet de Harry.

Eran las tres de la tarde y Louis como buen novio sugirió que tomaran una siesta, Harry acepto gustoso pues estaba cansado por la noche pasada y se acostó en la gigantesca cama con almohadones color blanco y azul marino.

Ver a Louis dormir era un regalo de los dioses, su divina nariz, acompañada de su dulce boca y en juego con sus dulces mejillas hacia a Harry quitarle el sueño, Louis somnoliento lo abrazo y se subió arriba del mayor, pasando sus brazos por el cuello de Harry y apretando su agarre con sus muslos rodeando las caderas de Harry.

Harry no podía sentirse más complacido.

Después de todo, tanto tiempo juntos le había regalado tantos momentos y enseñanzas que solo le hacían quitarle el aliento, amaba su vida aún con las sombras encima.

Apretó su agarre de las caderas de Louis y le beso el cuello, pasando por sus clavículas para continuar hasta detrás de la oreja.

Louis tembló y dejo salir un suspiro, complacido.

—Pense que querías dormir, grandote—Dijo Louis burlón en los brazos de Harry.

—Estabas tan divino sobre mi Lou... Que decidí consentirte.

Escucho a Louis reírse en su oreja y se sintió tan complicado de sentirlo tan cerca, tan cálido y todo para él.

—Extrañaba la comodidad de estar entre tus brazos.—Louis dijo, levantando la mirada y encontrándose con los ojos esmeralda de Harry mientras se encogía de hombros—Necesitamos más tiempo a solas.

Quédate. [OS] LsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora