Y acá nuevamente una historia de esas que tienen fin aun no se, todo empezó en una noche fría y con una mirada tímida de esas que incitan que los labios hablen mientras bailamos al compás de la música o tal vez de la vida misma será destino o será casualidad, que un beso me haga regresar tantas veces al lugar donde aprendí amar unos ojos negros esos que me acuerdan lo ancestral de una gran ciudad, tal vez el primer beso y el verso nunca se olvidan y saber que he esperado 365 días para darme cuenta que su amor es una hoja desechada del poeta que aún no lo es, tal vez su locura su sonrisa su forma de ver la vida fueron amigos y después algo más que quizo el destino.