Homofobia

3.5K 417 397
                                    

El joven mexicano se sentía acorralado ante aquellas personas, que decían eran su familia y no lo apoyaban por qué se había enamorado de un hombre, empezaba a pensar que eso estaba mal.

— Mi niño precioso, entiendo que estés confundido, pero solo estás en transición de eso, ya pasará te curaras —

— Abuela y si no existe cura de esto —.

— Te llevaremos con un psicólogo si es necesario pero hijo, por favor entiende que eso que sientes por el chino... –

— Japonés — le aclaro Miguel a su abuela, aún que hubiera preferido no abrir la boca en ese instante. — ¡¿Qué más sabes de él?! —.

— Sobrino no has estado haciendo cosas indebidas fuera de esta casa, le diré a tu madre — dijo su tía.

— ¿¡Quién dice que no te está usando!? Tal vez solo te está haciendo dudar de ti, tal vez te está llevando a las garras del infierno, ¡Te está alejando de tu familia! — hablo mamá Elena que realmente quería ganar.

Miguel Rivera se convirtió en una bomba de tiempo, que con algún comentario más estallaría destrozando todo a su paso, sin medir las consecuencias.

— No lo vas a volver a ver, les diré a tus padres, es por protegerte. — mamá Elena pensó haber ganado aquella batalla, pero fue la gota que derramó el vaso. — ¡Que te importa si prefiero un hombre a una mujer! ¡Por Dios es mi vida y mi cuerpo yo elijo lo que se me da la gana hacer con eso! —

— ¡Miguel no le hables así a tu abuela! — hablo su tío. — Que diría tu madre o tu padre si estuvieran aquí —.

— Mis padres me apoyan, mi mamá me dijo que quería verme feliz, no le importaba si estaba con un hombre o una mujer —.

— ¡Miguel te queremos ayudar! — dijo la abuela de el mexicano acercándose a un paso muy severo.

— ¿De qué otra forma se los debo decir? déjenme en paz, es mi vida, pensé que las familias se apoyaban, pensé que las familias no les importaba como fuera un miembro de su familia siempre estarían ahí para ti, sin importar que. —

— Es lo que estamos haciendo, Miguel queremos que vayas por buen camino, que no te desorientes como él chico —.

— Ya llegamos... ¿Qué está pasando aquí? — Miro la escena que están armando, los señores Rivera habían llegado a la casa. — Luisa, Enrique su hijo se junta con un desorientado. — hablo la abuela del mexicano, el joven músico estaba apunto de llorar, no le agradaban que le dijeran que hacer y que no.

— Ajá y ¿Luego? — dijo Luisa. — Jiro es un joven encantador, y me alegra que mi hijo tenga una compañía así—

—Pero, ¿No escucharon? Es homosexual, es puto, maricon, joto... —

—¡Es una persona que siente amor, abuela! — hablo Miguel, ya la situación se estaba poniendo intensa, suerte que tenía a su padre y madre de su lado, si no hubiera sido un verdadero caos. — ¡Miguel estas confundido! —.

— Mamá y si está confundido o no que lo descubra él — hablo por fin el padre de Miguel. — Ese chico es de buen corazón, él fue el que nos salvó de aquel horrible accidente en línea del metro —.

—¡Enrique yo no te eduque así! — mamá Elena le había levantado la voz a su hijo. — Mamá y si es gay o no, tengo que aceptarlo es mi hijo, eso de homosexualidad no es una enfermedad y es cotidiano últimamente, los años han cambiado. —

— Que esos desorientados estén alejados de mi casa y mi familia — fue lo que dijo su abuela ya arta de la discusión.

— Pues si los desorientados no pueden estar en esta casa nos mudamos, no voy a soportar un ambiente en el que maltraten a mi hijo por querer a otro hombre— la señora Rivera abandono la sala hacia su cuarto, le hablo a Miguel el cual fue inmediatamente, dejando a su familia completamente perpleja ante la decisión de Luisa.

Havana (Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora