Razón para amarlo #1

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Taehyung había ido a despertarlo al día siguiente, vio que tenía más de 20 mensajes de Yoongi y unas cuantas llamadas de su madre.

No se sentía lo suficientemente capaz de hablar ahora con el mayor, por lo que decidió no responder ningún mensaje.

Llamó a su madre para explicarle que se había quedado a dormir en la casa de Taehyung, alegando que tenían un proyecto pendiente y que por eso no había podido regresar a casa.

Jimin no tenía las más mínimas ganas de ir a la universidad ese día, eso supondría ver a Yoongi durante las clases y su corazón seguía doliendo cada vez que pensaba en él, estaba seguro de que si lo veía sonriendo o algo por el estilo, se pondría a llorar frente a todos.

—Jiminie, no es necesario que vengas conmigo, puedes tomarte el día libre.—intentó convencer Taehyung mientras se llevaba a la boca un pedazo de pan con mantequilla. Jimin lo miró y negó con su cabeza.

—Hoy es el examen de Matemática básica, no puedo faltar.—Taehyung quiso arrancarse la cabeza al oírlo, ¿es que Jimin era tonto?

—¡Tienes las mejores notas de la clase, claro que puedes faltar hoy!—exclamó exasperado, Jimin rió ante eso y volvió a negar.—Ah~, quién te entiende.

—Terminemos el desayuno y vámonos, quiero llegar rápido.—contestó para luego beber un sorbo de jugo de naranja y terminar con la conversación.

Por suerte, Taehyung vivía prácticamente solo, así que cuando se fueron y dejaron la cocina hecha un desastre, no hubo ni un alma que pudiera regañarlos por eso.

Tomaron un autobús y agradecieron a todos los dioses que conocían, pues el carro iba vacío.

En el trayecto no hablaron mucho, Taehyung le preguntaba cosas sobre la academia y Jimin respondía sin muchas ganas, parecía que Jimin iba perdiendo la chispa de energía que tanto lo caracterizaba.

Cuando llegaron, el castaño tuvo que despedirse del otro, pues tenían clases diferentes y él debía tomar un examen de Física a esa hora.

—¿Te veo en la salida, Chim?

—Claro, adiós TaeTae.—el castaño dejó un beso en la mejilla de Jimin y despeinó su cabello.—¡No hagas eso, ay!

—Tan tierno mi Mochi.—la expresión de Jimin cambió y empezó a carcajearse con fuerza, ese apodo le causaba demasiada gracia. Además de que el tono de Taehyung había sonado igual al de su madre cuando le decía lo orgullosa que estaba de tener un hijo como él.

—Creí que debías ir a dar un examen.—recordó el pelinaranja, haciendo que el otro reaccionara y asintiera efusivamente.

—¡Cierto, ya me voy! Te veo después.—dijo para finalmente despedirse y perderse entre la multitud.

Jimin suspiró al ver a su amigo alejarse y respiró profundo, tenía que procesar el hecho de que existían 99.9% probabilidades de ver a Yoongi durante el día y que debía estar mentalmente listo para eso.

Tú puedes, Jimin.

Llegó al aula correspondiente minutos después y agradeció enormemente al cielo el no encontrar a muchos en el salón.

Tomó asiento en la última fila de la izquierda, quizá ahí nadie lo notaría durante la clase.

Por primera vez dentro de un salón de clases, Jimin erró en su teoría.

Precisamente la persona que ocupaba un lugar importante en su mente y corazón entraba por la puerta con su característica mochila negra y unos jeans rasgados, acompañados de una camisa blanca que se amoldaba bien a su figura.

10 razones para amar a Min Yoongi » Yoonmin [#2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora