9. Ganar otra apuesta

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Con todo recogido y limpio pusimos una película en el proyector. Nadie quiso preguntar nada más sobre la historia. A pesar de lo tensa que era la película, los comentarios de todos casi la volvían una comedia. Fuimos pasando de película a película, riéndonos todos como si nada de lo que había pasado fuese real.
Cuando quisimos darnos cuenta ya eran las tres de la tarde.

- Yo tengo que irme ya. —dijo Namjoon— Tengo que acabar algo de deberes todavía.
- Igual. —dijo Jungkook levantándose— Nos vemos mañana en clase.
- Está bien, hasta mañana. —dijo Jimin.
- ¿Os parece que pidamos algo de comer y comemos todos antes de irnos? —preguntó Taehyung.
- Sí, sí. —Hoseok se levantó de un salto— Cerca de aquí está el sitio este que tiene las alitas, ¿os acordáis de esas alitas picantes? —puso una cara graciosa fingiendo que comía, dando paso a una risa general en el grupo.
- Lo malo es que no hacen envíos a casa. —dijo Yoongi— Podemos pedir otra cosa.
- O podemos ir a por ellas y venir. —dijo Jimin poniéndose de pie— Esas alitas eran el cielo.
- Si queréis vamos nosotros tres a por las alitas. —dijo Taehyung señalando a Jimin y Hoseok.
- Me parece bien.
- Yo sintiéndolo mucho, aunque me encanten las alitas, en serio tengo que irme. —Namjoon nos miró a todos con una sonrisa.
- Yo me llevaré alitas a casa. —dijo Jungkook riéndose.
- Decidido entonces. —Taehyung se levantó estirando los brazos.
- Yo invito. —dijo Yoongi tirándole la cartera.
- ¡Doble de alitas para todos! —Jimin, Hoseok y Taehyung salieron corriendo hacia la puerta, seguidos de Jungkook que gritaba diciendo que lo invitasen.
- Será posible. —Namjoon negaba con la cabeza— Nos vemos mañana entonces. Yaeji. —me miró— Todo va a ir mejor ahora, tómate un tiempo para descansar. —asentí, se despidió con la mano y salió de allí. Todo el ajetreo anterior se convirtió en calma.
- Bueno, a poner la mesa otra vez. —dijo Yoongi dirigiéndose a la cocina.
- Tú quédate aquí. —me dijo Jin antes de ir él también.
- Que no, que le hagas compañía, que yo puedo poner cuatro cubiertos, no me seas. —Yoongi empujaba a Jin de vuelta al salón— Sabiendo cómo está la vas a dejar sola.
- Vale, vale, ya. —entre quejas volvió al sofá— Ni poner la mesa me deja.
- Lo siento por todo Jin. —apoyé la cabeza en su hombro— Lo siento mucho.
- No te disculpes, no seas tonta. —apoyó su cabeza en la mía.
- Gracias por hablarme el primer día, sé que para ti era algo simple, pero mi vida está cambiando. —sonreí.
- Cállate. —sonrió y se apartó.
- Esto ya está. —dijo Yoongi dejando el último vaso sobre la mesa— Falta la comida.
- ¿Seguro que hiciste bien al darles la cartera? —Jin se reía.
- Sé que no fue buena idea, pero un día es un día.
- Oh, por cierto. —Jin me miró— Si no quieres estar sola en tu piso, en mi casa hay una habitación libre.
- Y aquí también. —dijo Yoongi al segundo— No quiero que moleste a tus padres.
- Hablaré con ellos, seguro que lo entienden.
- ¿Van a entender que metas a una chica que no conocen en casa? —levantó una ceja dejando salir una carcajada— Puedes venir aquí las veces que quieras y ella tendrá su espacio, ya sabes que yo siempre ando en la habitación.
- Pero igual, deja que decida ella. —me miraron los dos.
- Yo... No quiero incomodar a tu familia Jin. —sonreí— En cuanto me sienta mejor volveré a mi piso, allí estoy bien.
- Tenías las paredes con humedad, allí no puedes estar bien. —miré a Yoongi— Busca un trabajo y un piso mejor. Ya te irás cuando tengas algo más estable.
- Deja de presionarla. —se miraron, casi parecía que competían. La tensión se disipó con el sonido del timbre.
- ¡Las alitas ya están aquí! —gritaba Taehyung al otro lado de la puerta.
- A comer. —sonreí levantándome del sofá.

Entraron con dos bolsas de comida cada uno, cuando lo pusieron todo en la mesa quedaba claro que iba a sobrar comida. Aún así, cuando acabamos de comer no había sobrado tanto como pensaba. Comían mucho más de lo que parecía. Y aunque yo no era muy afín de la comida picante, disfruté las alitas.

- Voy a reventar. —Hoseok estaba tumbado en el sofá con la mano sobre su tripa— Pero valió la pena.
- Yo igual. —Taehyung se sentó encima de este, haciéndolo saltar.
- Muchas gracias por invitar Yoongi. —dijo Jimin sonriendo.
- Nunca más. —se rió mientras guardaba las sobras— Supongo que esto os lo querréis llevar.
- Yo, por favor. —Hoseok adolorido todavía levantó el brazo.
- Llévalas a clase para almorzar, así no discutimos. —dijo Jimin.
- Me parece bien.
- Las llevaré mañana entonces. —Yoongi entró a la cocina a guardar la comida sobrante.
- Si quieres cualquier cosa dile a Yoongi que te de nuestros números. —dijo Jin— Que se sienta libre de agregarte al grupo, si quieres.
- Gracias pero no tengo móvil. Tenía pero... Se lo quedaron en aquel sitio.
- Vaya... Bueno, nos puedes llamar desde su móvil, seguro que no le molesta.
- Claro. De todas formas pronto volveré al instituto, no quiero perder más clases.
- Bueno, que se nos hace de noche. —Taehyung fue hasta la puerta— Mañana más.
- ¿Queréis que avise a un taxi? —dijo Yoongi saliendo de nuevo.
- Ya avisé yo a uno. —contestó Jimin moviendo el móvil.
- Está bien, avisad por el grupo cuando lleguéis.
- Que sí papá. —dijo Taehyung en tono burlón mientras salía.
- Nos vemos. —dijo Jin dándome un abrazo— Hasta mañana Yoongi.

Liar (BTS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora